En otra vida,
en una ya vivida en el pasado
o en la que aguarda en el futuro,
como una fé de erratas corregida,
me quedaré más al margen de mi mismo
sin cuestionarme a cada hora,
dejándome ser un cuerpo a la deriva,
flotando como flota un trozo de madera,
sin rumbo alguno.
Y si supiera,
la suerte que me espera en las mareas
del tiempo resumido en las lluvias de los dias…
pudiera ser que para entonces me refugié en una religión que aún no conozco
y apriete un relicario entre las manos…
O acaso ya con otro nombre y otro entorno,
cambie además mi geografía,
y me obligue una especie de algoritmo
a no coincidir nunca contigo.
Asumo el infortunio solo mío,
la escasa sombra del desierto en que camino,
escuchando mi latir extracorpóreo,
sobreviviendo en mi existencia concebida.
Si habito luego de ser un polvo de huesos esparcidos,
y pululo ante tus ojos…
y me hago fuego,
aceptaré el desencuentro
como un capricho del destino,
y seré un simple hombre,
uno común…
lleno de olvido.
No sé si el “yo” de ahora
a ti te baste,
este que soy…
justo en el eje del abismo
lejos del margen de mi nombre
muerto en el aire que respiro,
prófugo,
perdido,
no solo en esta,
ni en una vida del ayer que no recuerdo,
ni en el futuro que me aguarda
como una fé de erratas corregida.


Carlos Joel



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