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El mar que tu eres
Allá en la costa rompen las olas…
y su golpe le da un molde imperfecto a las rocas;
Así es tu silencio,
golpeándo y moldeando mis días,
dejándome polimorfo,
lleno de cráteres y de bordes filosos;
Podría comparar el paisaje
con este “no se qué ” de nosotros
pero el mar que tu eres
tiene lunas muy altas
y vientos tan fuertes,
y mareas que ahogan.
Acepté mi naufragio
como una especie de suerte,
pero el mar también tiene múltiples rostros
y nos sumerge al silencio
como un inmenso sepulcro.
Entonces
nos nace ya a la orilla de todo
una corriente de luto,
un caminar al sepelio de aquellas viejas palabras
en las que al fin yo te hallaba mansa,
o en quietud tempestuosa.
Si,
podría compararnos con un poniente
en la tarde de un borroso horizonte,
pero digamos que por descuido
aprendimos a olvidar nuestro idioma,
o lo fuimos cambiando por un lenguaje de prosas que ocurría a destiempo.
Carlos Joel
© All Rights Reserved
y su golpe le da un molde imperfecto a las rocas;
Así es tu silencio,
golpeándo y moldeando mis días,
dejándome polimorfo,
lleno de cráteres y de bordes filosos;
Podría comparar el paisaje
con este “no se qué ” de nosotros
pero el mar que tu eres
tiene lunas muy altas
y vientos tan fuertes,
y mareas que ahogan.
Acepté mi naufragio
como una especie de suerte,
pero el mar también tiene múltiples rostros
y nos sumerge al silencio
como un inmenso sepulcro.
Entonces
nos nace ya a la orilla de todo
una corriente de luto,
un caminar al sepelio de aquellas viejas palabras
en las que al fin yo te hallaba mansa,
o en quietud tempestuosa.
Si,
podría compararnos con un poniente
en la tarde de un borroso horizonte,
pero digamos que por descuido
aprendimos a olvidar nuestro idioma,
o lo fuimos cambiando por un lenguaje de prosas que ocurría a destiempo.
Carlos Joel
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