...

8 views

Dime, cristiano
Dime,
Cristiano,
Por qué tu Dios es omnipotente
Pero solo habita encerrado en tu mente.

Dime,
Cristiano,
De los ingredientes del amor,
El amor asesino con los que se adereza la sopa del temor.

Dime,
Cristiano,
Por qué eres enemigo de la razón,
Aquello que te dio tu creador en la creación.

Dime,
Cristiano,
De la omnisciencia que no se usó
Para ahorrarnos a todos el disparate que se fabricó.

Dime,
Cristiano,
Por qué es que tu libro es inmutable
Y aun así tiene cientos de contradicciones sin importar quién hable.

Dime,
Cristiano,
De la palabra que podría anular en un segundo el pecado,
Pero que decidió cometer un genocidio, llamándolo “sagrado”.

Dime,
Cristiano,
Por qué violaron a Fernando, Teresa y Enrique
En la casita bonita, en esa donde se supone que todo lo bueno te salpique.

Dime,
Cristiano,
De la identidad que por tu Dios te fue regalada,
Pero que por tu Dios ahora está amagada.

Dime,
Cristiano,
Por qué es que oras, si tu vida está apuntada en el plan divino,
Y desde tu concepción ya los ángeles habían construido tu camino.

Dime,
Cristiano,
Del que parió universos, galaxias, estrellas y planetas,
Y que a la vez pidió ayuda para escribir un libro con muchas grietas.

Dime,
Cristiano,
Por qué dos mil veinte años han pasado,
Y aun el “ya mismo” no ha llegado.

Dime,
Cristiano,
Del sentimiento que te da en la presencia de tu Padre,
Y que también sienten los islámicos, budistas y hasta los que quieren adorar a un baladre.

Dime,
Cristiano,
Por qué la revelación más importante y verdadera
Tiene tantas interpretaciones, todas en una irracional caldera.

Dime,
Cristiano,
Del adoctrinamiento que de niña me inyectaron en las venas,
Y que ahora el esfuerzo por sacármelo es el origen de mis penas.

Dime,
Cristiano,
Por qué necesitas de una amenaza
Para que la moralidad te sepa igual de dulce que la melaza.

Dime,
Cristiano,
Del diseño que encuentras presente en todo,
Cuando parte del futuro cuelga indefenso debajo de tu rodo.

Dime,
Cristiano,
Por qué es justo que Jesús pidiera fe cuando él no debió tener ninguna,
Porque no hay que tener de su propia existencia fe alguna.

Dime,
Cristiano,
Del desahogo que te regala tu creencia,
A costa de lógica, libertad y de toda tu esencia.

Dime,
Cristiano,
Por qué a mis padres les decepciono,
Si todo trabaja para la agenda del Padre, si hasta las decepciones le sirven de abono.

Dime,
Cristiano,
Del derecho humano que le quitas a tus hijos
Al herrarles en su desarrollo tu crucifijo.

Y dime,
Cristiano,
Por qué en mis pesadillas ya no sueño con el sitio donde habitan los demonios felices,
Sino con volver a creer en todo esto que hoy me dices.
© Poesía Cokí Apito