Milenios han pasado, miles de historias se han contado, sangre se ha derramado, en batallas se ha demostrado, que la riqueza, la grandeza, es el pecado de los hombres, que en esas torres vivían, veían, como su reinado, ha sido castigado, ha sido desgastado, todo por el ansia de poder.

Cuantas épocas han trascurrido, desde que la oscuridad se ha expandido, todo ha desaparecido, se ha hundido, en un mar de luchar sin sentido, sin haber vivido, lo que antaño se había incluido, en la mente de esos reyes que habían sido, fuente de inspiración, para una narración, que escondía la melodía de una dulce canción, con un mito que llenaba los salones de luz y emoción.

Si señores míos, os hablo de ese arma ancestral, que desprendía una luz brillante sin cesar, con ella no hacía falta batallar, ya que quien la portaba hablaba con verdad, con sinceridad, no existía la disputa, si su portador, era un ser digno de portar y cargar con el alma que yacía y existía, que elegía y decidía.

Perdida en los pasares de la eternidad, se encontraba esta arma escondida en la oscuridad, ante la espera de la libertad, de un joven que busca recuperar la felicidad, que antaño ya se expresaba y se gritaba a los cuatro vientos de los reinos.

Tras su búsqueda encontró, esa luz esperada, encadenada en una roca con una cita que narraba, el futuro que le esperaba a este rey joven que encontraba, aquello que curaba, la oscuridad que se derrotaba.

La espada de los dioses así se llamaba, y este rey la cuidaba.

Por Ángel De La Muerte✒️
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