...

20 views

Cuando éramos niños
Cuando éramos niños vivíamos en las aceras. Nuestro escalón era el mundo y un pequeño trozo de tiza era nuestro universo. Nos convertíamos en caballeros, princesas, gigantes, amigos de los dragones, piratas buscando tesoros, o viajeros por el espacio interestelar...

Los días se extendían a más allá de las horas marcadas. El tiempo no circundaba nuestra nuestra mirada ni el espacio cohabitaba en nuestro hogar. Éramos sin imposibles.

Éramos hasta que un vecino, siempre con piel y voz de extraterrestre, nos reprendía por pintar las calles, esas que por algún motivo creía ser solo suyas. Entonces salíamos corriendo, como si de una invasión alienígena se tratara, en busca de un nuevo planeta.

Aunque hayan pasado los años y algunas cosas hayan cambiado, tal vez demasiadas para el corazón, no olvides lo más importante: siempre podemos coger nuestra tiza, esa que dibuja nuestro propio universo, esa que palpita en el alma… y buscar un nuevo escalón.

© Flora Rodríguez