...

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Halo vespertino
En el hoyo oyó un
ohio donde yo lloro.
Rayo los párrafos,
impactan como rayos mis
lágrimas de oro,
desoyó el arroyo que fluye
peligroso de algún ensayo,
los rollos no revelados y
mis emociones que no hallo,
jalo del hilo y
con halo admiro el eclipse,
me cuelgo del abismo,
soportando mis matices,
perdido el maldito recado
que nunca llega...
Reparo lo dañado y mis
miserables problemas,
lo podrido está situado y
anclado a mi esencia,
donde la ausencia
de mis letras está
influenciada por el odio...
Un sentimiento inocente
que se convierte en llodio
donde el viento y
sus ráfagas vuelan las sábanas
con las cuales me escondo,
es la brisa que con prisa
eriza mi piel y es la hiel
el cual bebo con rencor...

Poesía insípida y
su terrible pausa de silencio,
cuervo maldito que con su aforismo
se hace presente y
me va succionando lento.
Un cero predictivo,
intuitivo para quién es astuto,
una moneda de la suerte
para que se cumpla
un sueño difunto.
Merman mis alas;
un punto que finaliza;
una historia mal contada;
un as bajo la manga;
un deseo que me ata
para que soporte la caída;
una coma que prosigue;
evitando lo trágico,
mis letras se deslizan;
sobornando el infierno como la
salida de un cuento mágico;
dejando en coma mi cuerpo,
sintiendo la contravenida;
el fuego puedo palpar,
las cenizas acampan en mis vías,
respiro el veneno
que me inspiro el desaire,
resbalé sobre el tiempo;
estirando las letras que exhalé;
sacrificando un terror que me domina;
es un vicio ser una homicida,
meceré mis alas suicidas,
sacudidas por el aire,
dándole algún sentido
a mi subsistencia.

Escondidas están mis heridas,
contenidas por un descontento,
comidas por la vida misma,
sumergidas en los lamentos,
reunidas para abatir la manía
de mi severa destrucción,
sumisión vespertina,
contraídas por el dolor,
hay algo que siento en
mi pecho arrepentido...
Un alud del ataúd que
yo misma he pedido y
he vencido la venganza
que habitaba dentro mío,
generando consciencia
aunque he mentido,
deprimido suena el mar abierto
en el cual yo tránsito,
un barco ha venido
para cruzarme al olvido...
Me dirijo al ruido más profundo de mi alma,
el sonido de un recorrido que acorrala,
accedo desentendida
tendiendo lo que llevo dentro,
entrando con emoción
a un trayecto de desconcierto.

Es cierto,
voy investigando la incertidumbre
y es costumbre desplegar
mis plumas a alguna cumbre.
Un umbral donde se asoma la luna,
ella es única me alumbra
en mis noches de penumbra,
surco la muchedumbre y
repentinamente me entierra la fragua,
esa que me engaña,
mientras intento renacer...
Es el ayer que me impide
ser lo que alguna vez soñé,
es mi desgracia, mi ser egoísta
por eso no puedo florecer,
quiero ser mejor,
intentar cambiar,
aferrarme a lo positivo,
no quiero agradar...
Ser fiel a mi misma,
abrazar la libertad,
visualizar un nuevo horizonte,
ser dueña de mi verdad.

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