A veces la felicidad también se manifiesta en lágrimas, en la incertidumbre del mañana y de los cambios que surgen sin buscarlos, solo fluyen como el agua, una noche de luna, con los ojos llorosos, le pido al cielo que desde sus pupilas, nos vean y prendan sus focos cuando aparezca la noche y creamos que estamos perdidos, que el estar lejos no nos vuelva olvido.

La distancia no se extraña, se extraña los momentos, las palabras, los sueños, las personas, por eso la distancia no existe, cuando son las estrellas nuestras conexiones astrales, no importa el tiempo que pase, volveré a estrechar los brazos, volveré a escuchar sus voces y reiré a carcajadas cuando en las historias nos nombren.

No importa el mañana, ni la incertidumbre de la noche, yo sé que lo que el destino une, solo el destino lo separa.

Te quiero tanto y por eso hoy le lloró a tu nombre, me da felicidad tu vuelo, pero extrañaré verte por las tardes.

© Bohemia Tijax