...

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Innombrable
 Destello intenso, instante cargado, lapso vívido y denso: ¿Podría encontrar huella igual en la sinapsis del ayer para aquel inicio sin registro previo?

 ¿Qué nombre tenía el reunirse con ella; compartir tiempo, penas, alegrías, cobijo; y desear su bienestar? ¿Cómo etiquetar a los minutos juntos, valiosos como horas? ¿Y a las horas, valiosas como semanas?

 ¿Cómo definir el anhelo por su sexo y el aborrecer yacer con nadie más que con ella? ¿Y al gozo de imaginar su pequeña boca rebosante de placer y de dolor en la cama?

 ¿Qué palabra era la apropiada para el deseo de poseerla y hacerla sólo suya? ¿Y qué palabra, extraña compañera, para el gozo por compartirla y verla a la vez como zorra, diosa y princesa?

 ¿Tendrían nombre los pensamientos de traza imborrable que ella impregnaba en su memoria?

 ¿Pudiera un diccionario recoger el término para expresar la conexión entre dos almas destinadas a encontrarse?

 ¿Era incluso lícito aventurarse a bautizar la serendipia de algo tan extraordinario y sobresaliente?

© M.K.