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PADRE
En el rincón de mi memoria, tu risa resuena como un canto. Padre, faro en la vasta historia, tu amor es mi refugio, mi manto.
Tus manos, fuertes y sabias, tejiendo sueños en el alba. En cada gesto, en cada mirada, hallé la esencia de tu alma.
En los días de sol y tormenta, fuiste mi guía, mi compañero. Tus palabras, un faro que orienta, tu abrazo, mi refugio sincero.
Padre, en este verso te celebro, tu legado vive en mi voz. Eres el eco que nunca se pierde, la melodía que en mi corazón se posa.
Gracias por ser mi héroe silente, por enseñarme a volar sin miedo. En cada paso, en cada presente, tu amor perdura, eterno y quedo .
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