...

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Hundido de Pie a Cabeza
En el océano de la noche oscura,
Se sumerge el alma en su amarga travesía,
Soledad, compañera de la sombra impura,
Envuelve el ser en su fría melodía.

Desde la cima de los sueños rotos,
Hasta el abismo de los silencios profundos,
La soledad teje sus hilos rojizos,
Envolviendo el corazón en mil segundos.

En el eco de los pasos solitarios,
Se escucha el susurro de la ausencia,
Y en los rincones más solitarios,
Se dibuja la sombra de la presencia.

La soledad, esa fiel compañera,
Que abraza el alma en su desamparo,
A veces dulce, a veces traicionera,
Es el eco eterno en el páramo.

Pero en la profundidad de la noche,
Donde los sueños encuentran su morada,
La soledad se torna en cómplice derroche,
De la más pura y sublime madrugada.

El Tonto En El Amor
© YARV