¿Has encontrado alguna vez un alma triste e infortunia que a la vez añora esperanza?
Cada ser humano ha decidido a qué emoción entregarle su ser.
¿Amor? ¿aventura? ¿melancolía? o quizás no, quizás sea zombie que no busca nada ni encuentra algo.
Nada en lo que pensar y algo para qué vivir.
Vagar por la ciudad sin una pizca de entendimiento por la vida es lo mismo que tener frente a ti la piel desnuda del amor y no ser capaz de siquiera acariciar o dejar un roce de pecado.
Esperanza, vaya intima amiga de los infortunados. De aquellos que se sienten bien escribiendo decadencia en sus versos pero a medio silencio desean ser rescatados.
Pero solo a medias, recuérdalo, las almas como la tuya y como la mía no buscan ser rescatadas de su universo, buscan un ser al mismo ritmo nostálgico pero que en su melancolía puedan entregarles el detalle de una buena conversación y la melodía de una risa.


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