Derrotada;
rota mi alma;
rota sobre el mismo eje;
es el ejemplo exacto que el sentimiento
que llevo conmigo sigue
siendo semejante y
permanente.
No muta ni tampoco se desprende,
prende este enjambre que solo se teje,
no obstante ante constante fricción
esta ficción cómica ni
con muecas trasciende.
Las líneas son neones
porque quieren ser vistas,
pistas entre preguntas,
busco respuestas deprisa,
son las letras que me despistan
mientras tanto finjo una sonrisa...
Entre los lamentos hay risas
para camuflar la felicidad
falaz que he creado para mi misma.

Insuficiencia mental por
mí accionar irresponsable y
accedo a las claves
de los claveles marchitos,
estos gritos desgarradores
no serán escuchados,
eterno llanto por
la poca anestesia de
saber lo poco que valgo.
Y...
¡Repito!
Mis sentimientos han sido fulminados,
fumigados los insectos que
carcomen mis esquirlas,
viven junto a mi quebranto,
en esta ciudad desierta
pero a su vez bendita.
¿Quién soy al final de cuentas?
Soy la sombra de las heridas
pasadas y no resueltas.
Traumas que me han trasladado
a mi ser, pero ellos sufren
de insensibilidad y demencia,
es odio lo que siento...
"No todo es lo que aparenta"
En mí no vive aquella comprensión
cósmica de la que todos dicen ejercer
aunque siguen pecando al final de cuentas.

Va en ascenso cuando intento renacer,
escuchando lo que me desconcierta...
Hay una cláusula y
junto a mi corazón
existe una cápsula
con el mismo veneno
del que ustedes beberán,
que tragedia...
Mágica historia donde
fallecieron...