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Más Allá de los Signos
Confieso que tienes el poder
de abrirme los ojos
en todas las superficies:
me haces dejar de ser
lo que he sido cada día.
¿Cómo lo consigues?
Es un misterio:
Contigo veo esos horizontes
que alguien dormido contempla
desde un mar
que acaso ya no existe.
¿Será que tu lenguaje escribe
en el silencio, un idioma de agua
más allá de los signos?
Desde lejos:
Te llamo
Te transcribo
Te invento, así, sobre el papel,
intento descubrir tu efigie,
tu figura. Luego, como por magia,
de pronto apareces
no hay nada distante en ti,
no hay nada más allá de ti:
Sacas de tu sombrero
la clave del alfabeto nocturno.
Cuando te acercas,
siento que la luz asciende al mediodía
y se revela un hilo
de tierra ardiente y presurosa
donde el espacio brota más intenso.
Eres música,
nota, diapasón,
multiplicas mi aire
me salvas
con tu dimensión orquestada
por miles de voces.
© Roberto R. Díaz Blanco
de abrirme los ojos
en todas las superficies:
me haces dejar de ser
lo que he sido cada día.
¿Cómo lo consigues?
Es un misterio:
Contigo veo esos horizontes
que alguien dormido contempla
desde un mar
que acaso ya no existe.
¿Será que tu lenguaje escribe
en el silencio, un idioma de agua
más allá de los signos?
Desde lejos:
Te llamo
Te transcribo
Te invento, así, sobre el papel,
intento descubrir tu efigie,
tu figura. Luego, como por magia,
de pronto apareces
no hay nada distante en ti,
no hay nada más allá de ti:
Sacas de tu sombrero
la clave del alfabeto nocturno.
Cuando te acercas,
siento que la luz asciende al mediodía
y se revela un hilo
de tierra ardiente y presurosa
donde el espacio brota más intenso.
Eres música,
nota, diapasón,
multiplicas mi aire
me salvas
con tu dimensión orquestada
por miles de voces.
© Roberto R. Díaz Blanco
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