...

11 views

Devoción
Lo conozco:
¿Quién diría, al verlo,
que ese hombre
duerme mal en la noche?
Nadie, entre aquellos que van
y los que vienen,
percibe que ese hombre es devoto.

Devoto a imaginarte en su vigilia.
Devoto a tu voz y tus silencios.
Devoto a tu cercanía y tu distancia.
Devoto al cuerpo que acercas o rehúyes.
Devoto a tu dulzor y tu amargura.
Devoto a tu boca y tu saliva.
Devoto a tu sabor, devoto a tu aroma.
Devoto a ti y a ser devoto.

Y a querer que su devoción no tenga cura.

© Roberto R. Díaz Blanco