El día en que llegué a este oscuro cajón,
me mataron de mil maneras.
En todas de esas maneras imprevistas,
se murió en sentimientos mi corazón.
Excepto en una, la que me quitó la vida.
La que me quitó la respiración,
La que se llevó con prisa mi futuro,
y me dejó un vuelo solo de ida.

Morí sin sus te quieros,
ahora los míos están acumulados conmigo,
enterrados sin salir a la luz,
buscando salidas con desespero.

No creas que no te anhelo.
Todas mis vidas fueron hechas por soñar.
Nadie entendía mi desesperación
Para unas valiosas palabras escuchar.

No creas que no me rendí.
Todas mis muertes fueron vidas vencidas.
No importa si fueron física o emocionalmente,
Las risas de mi felicidad terminaron destruidas.

Cada carcajada se desmoronó,
Y las lágrimas rieron por mí.
Era tanta tristeza en un cuerpo,
Que hasta lo triste me quiso hacer feliz.
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