Me propongo metas que están a mi alcance,
Pero cuando voy a llegar me mutilo las piernas.
Será que no me siento digno
de alcanzar las cimas
Por eso siempre deambulo en fondos de este abismo.
Mil veces arrogante, peco de egoísmo,
Con este narcisismo intrínseco que siempre albergo.
No puedo evitar mirar con desprecio a mediocres,
No se si es bueno o malo, la verdad
me da lo mismo…
Me dan exactamente igual todas esas opiniones,
Las normas de mis renglones brillan solo por su ausencia.
Delimitar mi arte es un suicido a mi persona,
Opinar sin entenderlo solo es digno de borregos.
Porto un odio tan gigante que me esta aplastando en vida,
La única salida es soñar con sus entierros.
Viviendo el encierro voluntario en el que me allo,
Entre suspiros me callo, en poemas acribillo.
Ensimismado en el brillo de la estrella de mi norte,
Perdido en la corte del reino de los tormentos.
Avanzo a paso lento entre ruinosas avenidas,
Laberintos sin salidas, un demonio en vuestro infierno.
Habitante del invierno, tierno brote que perece,
En paisajes tan oscuros que no hay sol cuando amanece,
Y acontece solo drama en esta obra clandestina,
Y detrás de mis cortinas, hay dos ojos que os observan.

© M.Aokigahara