Para ti, para todas las personas que amé, para aquellos que busquen respuestas en una habitación vacía, a los que no soporten el frío que hay afuera, a ti que escuchaste mi voz, a ti que me hiciste creer, para ellos a los que amé. No he sentido tal amparo como el que me has otorgado, no he visto luz ni cielo más brillante, a ti que avanzaste sin temer, que no retrocediste al caer, el viento carcome, las nubes se alejan de mí y solo existe el frío, el aterrador vacío.
Si me escuchas hoy, grita con furor, que la lluvia no calle tu incesante voz, que los ríos desbordando no sean causa de temor, que el ruido de tu interior se disipe entre el calor, y puedas ver un jardín que floreció, esas flores rojas que cautivan al corazón, y las veré desde tus ojos y escucharé tu voz, a ti.