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"recuerdos del futuro"
Estaba sentado en el borde de mi cama, mirando el techo. No podía dormir. Tenía demasiado en la cabeza. Había tenido ese sueño otra vez. El mismo sueño que había tenido todas las noches durante las últimas semanas.

En el sueño, estaba en un lugar extraño. No era un lugar que hubiera visto antes. Era un lugar desierto, sin árboles ni plantas. El suelo estaba cubierto de arena y el cielo estaba vacío de nubes.

Estaba caminando por la arena cuando vi algo en la distancia. Era una figura, parada en medio de la nada. La figura era alta y delgada, con una larga capa negra. Tenía la cabeza inclinada y no podía ver su rostro.

Me acerqué a la figura y me detuve frente a ella. Levantó la cabeza y miré sus ojos. Eran los ojos más azules que había visto nunca.

"¿Quién eres?" pregunté.

La figura sonrió. "Soy el futuro", dijo.

Me sorprendí. "¿El futuro?" pregunté. "Pero ¿cómo es posible?"

"Soy una entidad del futuro", dijo la figura. "He venido aquí para mostrarte lo que te depara el futuro."

"¿Mi futuro?" pregunté. "¿Pero por qué?"

"Porque necesitas saberlo", dijo la figura. "Necesitas saber lo que te espera."

La figura cerró los ojos y comenzó a hablar. "Verás", dijo, "tienes un futuro brillante. Tienes un futuro lleno de éxito y felicidad. Te casarás con la persona que amas y tendrás hijos. Tendrás una carrera exitosa y harás del mundo un lugar mejor."

Abrí los ojos y miré la figura. No podía creer lo que estaba escuchando. "¿De verdad?" pregunté. "¿Eso es lo que me depara el futuro?"

La figura asintió. "Sí", dijo. "Ese es tu futuro. Pero es importante que recuerdes que el futuro no está escrito en piedra. Tienes el poder de cambiar tu futuro. Tienes el poder de elegir tu propio destino."

La figura abrió los ojos y me miró a los ojos. "Recuerda", dijo, "el futuro es tuyo para tomarlo."

La figura sonrió y desapareció. Me quedé solo, parado en medio de la nada. Miré a mi alrededor, pero la figura se había ido.

Me desperté sudando. Miré el reloj de la mesita de noche. Eran las 3 de la madrugada. No podía volver a dormirme. Me levanté de la cama y fui a la ventana. Miré la luna llena. Pensé en el sueño que había tenido.

Sabía que la figura era real. Sabía que me había mostrado mi futuro. Sabía que tenía el poder de cambiar mi futuro.

Sonreí. Iba a tener un gran futuro.
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