Catalizador: Maldición segunda.
No es el lugar más limpio, pero sí el mejor para ocultar toda posible información que el resto de personas debe de ignorar y debatir temas que delatarían a nuestro grupo en voz alta. Cada clan debe contar con un mínimo de tres integrantes y un máximo de diez, los cuales deben de asegurar una región, movilizarse y realizar sus actividades como les plazca, manteniéndose bajo las reglas y transmitiendo sus progresos o retrocesos entre ellos. Además, el rendimiento se traduce en beneficios y ayudas de los rangos superiores, que no tienen problema en derrochar o desechar equipamiento usado o dinero para que nosotros, miembros de menor jerarquía y novatos, podamos continuar con nuestra labor interrumpido y torpe crecimiento.
―Tenemos que hablar sobre tu forma de llamar la atención y poner en riesgo al resto de civiles.
―Sheiri tiene una audiencia entera, Yaiza.
―Su fuente de ingresos exige exponerse por fuera de su rol como catalizadora. Eso no está sancionado, mientras no se le ocurra mostrar o evidenciar algo sobre nuestro grupo.
Dejo mi bebida energética en el suelo. No me voy a tomar el lujo de opinar sobre su comportamiento o su ausencia este último tiempo, porque tampoco puedo engañar a nadie: mi historial no es el mejor. Soy el asno al final del salón, por lo que solo puedo cruzar mis brazos sobre mi cuello, tambalearme en mi silla y mirar pensativo al rincón donde las botellas sobresalientes y el ladrillo musgoso se toman de la mano. No, definitivamente estamos en una zona de confort abierta donde quienes quieran unirse son bienvenidos; iría contra la naturaleza de este pequeño ambiente, que al parecer solo yo puedo captar, tirarle tierra a las bellas llamas verdes de nuestra líder, quien pareciera contenerse y reservarse el aprecio que le tiene a sus propias Habilidades, las cuales extrae de la marcha de los globins bajo la tempestad.
Los globins son humanoides inofensivos, pequeños, de piel verdosa y largas orejas que transitan el Segundo plano, buscando objetos extraños. Obteniendo el suficiente poder, pueden materializarse en nuestro lado para deambular por obras arquitectónicas antiguas y robarse todo tipo de piezas mínimamente trabajadas por simple gusto hacia las artesanías. Pueden estar mucho tiempo sin alimentarse, por eso una parte de los catalizadores los suele considerar indignos y repulsivos ladrones, aunque no parecen tener problemas con contener su instinto, actuar de forma civilizada y, si mal no recuerdo, hacer trueques, dentro de lo poco que cabe esperarse de seres con mínima capacidad para comunicarse entre ellos y afición por inservibles equipamientos y cerámicos.
El caso es que se trata de una especie, suponiendo que en verdad los entes materializados en el Segundo plano pueden constituir algo como eso, desprestigiada y buena para nada que deambula perdidamente por terreno no redimido y dunas, según integrantes de los mismos clanes que en su vida se toparon con un globin ni pueden afirmar siquiera si todavía existen, tal como ocurre con el resto de Seres Superiores. En cuanto a éstos últimos, podemos decir que fueron el conjunto de todas las especies que en un pasado lejano, y quizás no tanto, vivieron en ambas dimensiones de nuestro mundo, trascendiendo al mismo en vida y muerte.
Como todo organismo, los catalizadores sostenemos reglas y ciertos...
―Tenemos que hablar sobre tu forma de llamar la atención y poner en riesgo al resto de civiles.
―Sheiri tiene una audiencia entera, Yaiza.
―Su fuente de ingresos exige exponerse por fuera de su rol como catalizadora. Eso no está sancionado, mientras no se le ocurra mostrar o evidenciar algo sobre nuestro grupo.
Dejo mi bebida energética en el suelo. No me voy a tomar el lujo de opinar sobre su comportamiento o su ausencia este último tiempo, porque tampoco puedo engañar a nadie: mi historial no es el mejor. Soy el asno al final del salón, por lo que solo puedo cruzar mis brazos sobre mi cuello, tambalearme en mi silla y mirar pensativo al rincón donde las botellas sobresalientes y el ladrillo musgoso se toman de la mano. No, definitivamente estamos en una zona de confort abierta donde quienes quieran unirse son bienvenidos; iría contra la naturaleza de este pequeño ambiente, que al parecer solo yo puedo captar, tirarle tierra a las bellas llamas verdes de nuestra líder, quien pareciera contenerse y reservarse el aprecio que le tiene a sus propias Habilidades, las cuales extrae de la marcha de los globins bajo la tempestad.
Los globins son humanoides inofensivos, pequeños, de piel verdosa y largas orejas que transitan el Segundo plano, buscando objetos extraños. Obteniendo el suficiente poder, pueden materializarse en nuestro lado para deambular por obras arquitectónicas antiguas y robarse todo tipo de piezas mínimamente trabajadas por simple gusto hacia las artesanías. Pueden estar mucho tiempo sin alimentarse, por eso una parte de los catalizadores los suele considerar indignos y repulsivos ladrones, aunque no parecen tener problemas con contener su instinto, actuar de forma civilizada y, si mal no recuerdo, hacer trueques, dentro de lo poco que cabe esperarse de seres con mínima capacidad para comunicarse entre ellos y afición por inservibles equipamientos y cerámicos.
El caso es que se trata de una especie, suponiendo que en verdad los entes materializados en el Segundo plano pueden constituir algo como eso, desprestigiada y buena para nada que deambula perdidamente por terreno no redimido y dunas, según integrantes de los mismos clanes que en su vida se toparon con un globin ni pueden afirmar siquiera si todavía existen, tal como ocurre con el resto de Seres Superiores. En cuanto a éstos últimos, podemos decir que fueron el conjunto de todas las especies que en un pasado lejano, y quizás no tanto, vivieron en ambas dimensiones de nuestro mundo, trascendiendo al mismo en vida y muerte.
Como todo organismo, los catalizadores sostenemos reglas y ciertos...