...

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Escrito #6
Yo solía caminar con la lluvia, bailamos juntas, reímos juntas, lloramos juntas; y a veces cuando yo andaba acompañada por mi padre el cielo gris ya no era tan oscuro.

Pero cuando llegó el señor trueno y se casó con lluvia, ella y yo nos alejamos.
Trueno era demasiado celoso y me gritaba si me acercaba a ella.

Lluvia desesperada comenzó a entrar a mi casa a la fuerza (sin ser invitada). Y dicen que las goteras de una casa solo las conoce quién vive dentro de ella, y la verdad yo ya estoy cansada de vivir con estas goteras. Yo también extraño a Lluvia, pero me aterra pensar que Trueno podría hacer algo en mi contra.

Cuando cantaba a ella parecía encantarle mi canto; no se iba, pero se calmaba.

¿Qué hago, si aún cuando viene con furia me acurruco a la esquina de la cama?

Quisiera abrazar la lluvia y dejarla que me bese las mejillas, pero Trueno jamás se volverá a apartar de nuestras vidas.
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