...

7 views

Al filo del amanecer
Debí haberle clavado la daga de plata en el cuello. Todo sería abisalmente distinto. Lo tenía en frente de mí, pude haber detenido el nefasto destino al que ahora nos avecinábamos con frenética celeridad. La inminente condena a la que nos entregué por la obtusa ceguera a la cual el orgullo me había empujado.

Mi capa, ahora rasgada y teñida de sangre, es testigo de mi estupidez. He deshonrado a mi longeva casta por saborear unos segundos de efímero poder e inflada arrogancia.

Ahora son ellos quienes tienen el poder.

Mientras la luna argéntea destila el rocío del alba que se aproxima siento como mis facciones comienzan a debilitarse en la oscuridad de la noche. No me queda más que relamer mis heridas y aceptarnos vencidos.

Esta… esta sonrisa que se dibuja en mi rostro y que ignora el dolor de mi pecho perforado por el sacro y brillante acero ¿Quiere decir que acepto mi destino? El final de...