Vacía
Amanecía en La Habana y el cielo no se enteraba todavía, gris, lúgubre como su alma y acompañado de una lluvia pertinaz hacía dudar que se estuviera en el mismísimo corazón del Caribe.
Ella se preparaba para el trabajo, sin ganas, sin deseos de nada, comenzando cada mañana como sólo...