Siéntate
A veces, simplemente te cansas.
Te detienes allí donde estés y te sientas en la sucia acera. Miras sin mirar, mientras pasan los vehículos, la gente,... la vida.
De entre la multitud surge alguien, se acerca y te pregunta:
-¿Estás bien?
-No estoy.
-¿Puedo no estar contigo?
-Como quieras.
Ese alguien se sienta en esa misma sucia acera y en silencio, también mira sin mirar, contigo, mientras pasa la vida.
Pasado un rato me levanto y le ofrezco mi mano para levantarse. Le sonrío y le digo:
-Gracias por acompañarme.
-Ha sido un placer- me responde.
Nos alejamos tomando caminos diferentes. Nunca volvimos a vernos. El tiempo borró su rostro de mi memoria. Sin embargo, siempre recordaré que en algún lugar, hay un alguien que una vez me acompañó cuando me cansé.
A veces, únicamente necesitamos que alguien se siente con nosotros.
Sé ese alguien con alguien... y Siéntate.
© Flora Rodríguez
Te detienes allí donde estés y te sientas en la sucia acera. Miras sin mirar, mientras pasan los vehículos, la gente,... la vida.
De entre la multitud surge alguien, se acerca y te pregunta:
-¿Estás bien?
-No estoy.
-¿Puedo no estar contigo?
-Como quieras.
Ese alguien se sienta en esa misma sucia acera y en silencio, también mira sin mirar, contigo, mientras pasa la vida.
Pasado un rato me levanto y le ofrezco mi mano para levantarse. Le sonrío y le digo:
-Gracias por acompañarme.
-Ha sido un placer- me responde.
Nos alejamos tomando caminos diferentes. Nunca volvimos a vernos. El tiempo borró su rostro de mi memoria. Sin embargo, siempre recordaré que en algún lugar, hay un alguien que una vez me acompañó cuando me cansé.
A veces, únicamente necesitamos que alguien se siente con nosotros.
Sé ese alguien con alguien... y Siéntate.
© Flora Rodríguez