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Alter-Ego
CAPITULO 2
ROMPIENDO EL HIELO
Llegué a la preparatoria y pude ver que el campus era un lugar bastante extenso, más grande de lo que yo había visto la primera vez que fui a visitarlo tan solo para ver si me convencía o no estudiar allí, a pesar de que no era mi mejor opción decidí asistir allí pues era la preparatoria más cercana a mi colonia y por ende, a mi casa.
Mis calificaciones durante mi estancia en la secundaria habían sido muy buenas y el gobierno de la república argentina me había dado el privilegio de obtener una beca, pero... Con una condición, mantener mis calificaciones arriba de ocho, no un siete punto cinco ni un siete, sino un ocho, lo cuál estaba dispuesto a lograr sin importar cuán difícil pudiera ser ese nuevo curso, me esmeraría en lograr mis objetivos, dejé de subestimar mis aptitudes y empecé a confiar un poco más en mí, aunque en ciertas ocasiones este (positivismo) disminuía considerablemente. La beca me había facilitado seguir con mis estudios, desde antes de empezar a cursar ese nivel académico había estado pensando en qué carrera estudiar, qué es lo que me apasiona y a lo que en verdad llama mi atención, llegué a la conclusión de que la que más me convence por mucho es la carrera de diseñador gráfico, pues siempre me ha interesado mucho los logotipos de marcas y los dibujos y confieso que aunque no soy experto me salen bien (lo he hecho varias veces como un mero pasatiempo) y no es por falta de modestia, pero he tenido buenos comentarios por parte de mi familia por los diseños que he creado.
Ese primer día de clases me sentía extremadamente nervioso, sentía que volvería a ocurrir la misma situación que había vivido desde mi niñez, conocer gente poco grata y beneficiosa para mi vida.

El primer día de clases decidí ir yo solo, pues me sentía mayor como para que mi madre me siguiera llevando al colegio el primer día de clases, aunque ella se aferraba a la idea de que así debería de ser, así que esperé el autobús escolar en la esquina de mi casa, donde tuve que esperar por algunos minutos hasta que este pasara y luego subí al autobús justo en el momento en que creí que se me había hecho tarde.
Subí al autobús y éste estaba casi lleno, así que al ver un asiento vacío en las filas de atrás me dirigí a tomarlo antes que alguien más lo hiciera. En el último asiento estaba una chica de cabello negro con unos gran anteojos y pecas sentada leyendo un libro, me llamó la atención pues es algo poco común ver a personas leer cuando el mundo está encadenado a las redes sociales.
Al llegar a mi salón, lo cual no me resultó difícil pues ya sabía cual era noté que había muy pocos estudiantes aún, era temprano así que no llegaban todos todavía (No todos tomábamos el autobús para ir a clases). Salí de mi salón a recorrer el campus para conocer un poco más pues, como mencioné anteriormente, éste mismo era más grande de lo que yo creía, todavía faltaban quince minutos para entrar, había llegado mucho antes y era de los pocos que estaban ya en el salón, así que quise caminar por las instalaciones para ir conociendo un poco más, tal vez me toparía con alguna cara conocida, había muchisimos chicos y chicas. Pasé de curso de la escuela secundaria a preparatoria, era una nueva etapa ya no era un pequeño, me había convertido en un adolescente camino a la vida adulta.

Todo iba bien, así lo parecía, llegué a mi salón y me sorprendió que los demás chicos no me veían...