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Relatos del bar
Una pesadilla

Estoy por cerrar el bar, hoy estuvo muy tranquilo, es hora de retirarme a descansar, guardo silencio, escucho a alguien sollozar.
Es una chica, con sus ojos inundados y su ropa deshecha, la tomo del brazo, su cuerpo débil, apunto de caer, la paso y la siento en una silla, traigo un vaso con agua, le doy a beber y pongo un poco en su frente.
---muchacha, ¿qué te pasó?
Ella no para de llorar, está visiblemente nerviosa, sus manos tiemblan, sus labios castañuelean.
---¿quieres que le hable a alguien, te llevo al médico, dime porfavor, en qué te ayudo?
---ay señor, me siento tan mal, salí de mi trabajo más tarde de lo normal , como es fin de mes, me quedé con unos pendientes, todos se fueron antes,
cuando terminé ya no había nadie, la calle estaba muy solitaria, y hay un parque cerca , igual de solo, yo pasé lo más rápido posible, un farol muy tenue iluminaba, un hombre me jaló hacia los arbustos, yo no me di cuenta de su presencia, más fuerte que yo, me sometió, intenté detenerlo, por más que trate de defenderme y gritar, nadie me escuchó, abuso de mí, me ultrajo, cuando termino, salió corriendo, me dejó ahí tirada, de pronto mi mundo se detuvo, hasta que escuché unos grillos cantar, volví a mí realidad, me levanté y seguí mi camino, pero mis piernas no me respondían, hasta que usted me agarró, de otra forma, caigo al piso.
---Por Dios, pobre de ti, tengo que dar aviso a las autoridades, que te revisen, que detengan a ese canalla.
-No por favor, no pienso hacer nada, solo déjeme reponerme, no quiero que mi esposo se entere, me está esperando en casa, esto es muy vergonzo.
---Usted no tiene la culpa de lo que le sucedió, debería poner la denuncia, para que busquen a ese maldito y lo refundan en la cárcel.
---No, ésto que me pasó, no debe saberlo nadie más , solo usted lo sabe, no podría contárselo a mi esposo,
---Deberias decírselo, ésto no es tu culpa, y si te contagia de alguna enfermedad?
---Yo mañana voy al doctor, permítame pasar a su baño, tengo tanto asco y repulsión, no puedo decirlo, no puedo.
---como tu quieras, adelante, pasa...pobre muchacha, no puedo creer como existe tanta maldad.
---Gracias le agradezco mucho, puede pedirme un taxi, es tarde y mi esposo debe estar preocupado, tengo varias llamadas perdidas.
---Claro que sí, en un momento llega, es un taxista de toda mi confianza.
Cuantas historias tan desagradables se guardan por vergüenza, por miedo, y tantos delincuentes sin pagar, tanta maldad que corrompe a la humanidad.

Alma Ausente 🌹
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