...

2 views

"El Amanecer del Dragón de Cristal"
La ciudad de Verenthia, bañada por la luz dorada de la puesta de sol, se preparaba para el Festival de la Luna, una celebración llena de magia, música y romance. Entre la multitud, un hombre imponente, con armadura plateada y ojos color zafiro, observaba con cautela a una mujer de belleza inigualable. Su nombre era Kael, un guerrero de élite, y su mirada estaba fija en Lirael, una elfa de ojos verdes y sonrisa radiante, que destacaba entre la multitud por su aura misteriosa.

Kael era conocido por su valentía y lealtad, pero bajo su armadura de guerrero, escondía un secreto: un amor prohibido por Lirael, la princesa del Reino de las Estrellas. Su amor era un desafío al orden establecido, ya que los elfos y los humanos tenían una historia de conflictos, y el compromiso de Lirael estaba destinado al Príncipe Dorian, un hombre ambicioso y cruel que codiciaba el trono de Verenthia.

En medio del festival, una explosión de energía mágica sacudió la ciudad, provocando un caos instantáneo. Kael, con el corazón en la garganta, se apresuró a proteger a Lirael, llevándola entre la multitud en un mar de confusión y terror. Durante la huida, Lirael descubrió una verdad que la dejó atónita: un poderoso dragón de cristal, un ser legendario que se decía que era la fuente de toda la magia en Verenthia, había resurgido de las profundidades del mar.

La leyenda decía que el dragón solo despertaría cuando el corazón de la ciudad fuera contaminado por la oscuridad, y que su poder podría usarse para destruir o para proteger Verenthia. La revelación puso en peligro a Kael, quien se había comprometido a mantener su amor en secreto; pero ahora debía luchar por la vida de Lirael, la ciudad y, por supuesto, su propio corazón.

En medio de la persecución, Kael descubrió la traición que se escondía tras el ataque: el Príncipe Dorian había liberado al dragón de cristal en un acto desesperado por tomar el trono. Dorian había manipulado a su propio hermano gemelo, Aelar —un mago talentoso pero influenciable— para desatar esta calamidad sobre Verenthia.

La batalla culminó en una lucha épica donde Kael se enfrentó a Aelar bajo las ruinas del antiguo templo donde dormía el dragón. Mientras los destellos mágicos iluminaban el cielo nocturno como fuegos artificiales infernales, Kael luchaba con todas sus fuerzas para detener a Aelar. En medio del combate feroz, Lirael utilizó su magia ancestral para invocar una barrera que protegía a ambos hombres del fuego devastador del dragón.

En un giro inesperado de los acontecimientos, Aelar se dio cuenta del horror que había desatado. En ese momento decisivo, mientras Dorian avanzaba con intenciones oscuras hacia Lirael y Kael para acabar con ellos definitivamente, Aelar decidió traicionar a su hermano. Usó su poder para sellar al dragón nuevamente en las profundidades del mar.

Pero no sin consecuencias: al hacerlo, Aelar sufrió gravemente y quedó atrapado entre dos mundos. Kael y Lirael miraron con asombro mientras el dragón desaparecía en un torbellino brillante.

Dorian fue capturado por los guardias reales y llevado ante juicio por sus crímenes. Sin embargo, su mirada llena de odio prometía venganza. En medio del caos resurgió una nueva esperanza: Kael y Lirael finalmente pudieron proclamar su amor frente a toda Verenthia.

El destino parecía sonreírles mientras se preparaban para reconstruir lo que había sido destruido. Pero sabían que las sombras del pasado nunca desaparecen completamente; siempre hay traiciones ocultas esperando ser reveladas…

Así comenzó una nueva era en Verenthia: no solo como defensores del reino contra fuerzas oscuras externas e internas sino también como portadores del amor verdadero que desafiaría cualquier adversidad que se avecinara.

La calma que siguió a la tormenta fue efímera. Aunque Kael y Lirael se habían proclamado su amor ante los ciudadanos de Verenthia, la sombra de Dorian seguía acechando. Mientras el príncipe caído era juzgado, en las profundidades del mar, un eco resonante comenzó a despertar. Era el lamento de Aelar, atrapado entre la vida y la muerte, que resonaba en el corazón de Verenthia, llamando a aquellos que aún creían en la magia.

Una noche, mientras el festival continuaba con su música y danzas, un grupo de rebeldes liderados por Dorian logró liberar a su hermano gemelo. Con la ayuda de un artefacto antiguo conocido como el Ojo de la Tempestad, Aelar fue rescatado y liberado del tormento que lo mantenía cautivo. Este artefacto no solo le devolvió su forma física, sino que también le otorgó un poder inmenso: la capacidad de manipular la esencia misma de los elementos.

Dorian, aprovechando esta nueva alianza, planeó desatar el caos nuevamente. Pero había un giro inesperado: Aelar había cambiado. La traición que había presenciado lo había transformado. En lugar de buscar venganza contra Kael y Lirael, él decidió usar su nuevo poder para crear una nueva era donde los humanos y los elfos pudieran coexistir en armonía.

Mientras tanto, Kael y Lirael se preparaban para una guerra inminente. Sin embargo, en una reunión secreta con Aelar, se dieron cuenta de que no podían luchar contra Dorian sin comprender verdaderamente su motivación. ¿Qué había llevado al príncipe a convertirse en un tirano?

Dorian reveló su verdadera historia: él siempre había sentido que era menospreciado por ser el segundo hijo. Su ambición no solo era por el trono; buscaba reconocimiento y amor de su padre. Con cada paso dado hacia la oscuridad, había creído que estaba forjando su propio destino.

En un acto final de desesperación y redención, Dorian hizo una oferta: si lograban unir fuerzas para derrotar a aquellos que amenazaban Verenthia desde fuera —una antigua secta que buscaba resucitar al dragón para desatar el apocalipsis— él renunciaría a sus aspiraciones al trono y buscaría la redención a través del sacrificio.

Kael y Lirael dudaron pero decidieron confiar en él. Juntos formaron una alianza inusual entre humanos, elfos y aquellos que alguna vez fueron enemigos. En medio del caos, descubrieron que la verdadera magia residía en la unión de sus corazones.

En la batalla final contra la secta, Dorian se sacrificó al utilizar su poder combinado con Aelar para sellar al dragón de cristal una vez más. Sin embargo, antes de hacerlo, miró a Lirael y Kael con sinceridad en sus ojos: “El amor verdadero no conoce fronteras ni linajes.”

Con el dragón sellado nuevamente y Dorian desaparecido como héroe redimido, Verenthia enfrentó un nuevo amanecer. Kael y Lirael se convirtieron no solo en defensores del reino sino también en embajadores de paz entre razas.

Pero aquí es donde la historia toma un giro poco convencional: años después, durante una celebración del Festival de la Luna, un misterioso viajero apareció en Verenthia. Con una mirada intensa que recordaba a Dorian y Aelar, proclamó ser el hijo perdido del príncipe caído. Con un poder aún más grandioso heredado por sus padres y abuelos mágicos, reveló que los antiguos secretos del dragón aún resonaban en él.

La historia no terminó allí; cada año durante el festival, nuevas revelaciones sobre los antiguos vínculos entre los humanos y los elfos emergían como leyendas vivientes. El viaje por descubrir quiénes eran realmente y cómo podían sanar las heridas del pasado continuaría…

Así fue como Verenthia aprendió que cada final es solo el comienzo de otra historia llena de magia, amor y sorpresas inesperadas.


© All Rights Reserved
© maetvitality