...

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Sin anestesia
-¡Esperen! ¿Sin anestesia?
-Ha de ser sin ella, caballero. De lo contrario, no tendría el mismo efecto.
-¿Y dolerá?, preguntó temblando.
-Por supuesto, como jamás hubiera podido ni imaginar.

Aquellos tres seres abrieron su cráneo y le sacaron la gran masa. Seguidamente, y sin lavado de manos, la implantaron en el corazón. La sala se llenó de gritos, sangre, sudor y orina.

-No lo entiendo… ¿Pero por qué me lo vuelven a poner?
-En realidad, no podemos extirparlo nosotros. Pero no se preocupe, el latido es el más fuerte, ahora está en el lugar indicado. Aquí tiene su billete. ¡Buen viaje!

Apenas podía mantenerse en pie cuando se incorporó de la camilla. Sin embargo, salió caminando y aferrándose a ese papel como quien se aferra a la vida, mientras sus ojos llorosos, ahora llenos de esperanza, leían:

“Billete de ida a Tus Sueños.
Gracias por confiar en nosotros.
Extirpación del miedo, S.L.”

© Flora Rodríguez