¿...Y ya está?, Como si fuera así de simple, como si no me hubiera dolido en el alma haberle quitado hasta el último aliento de su vida, como si no lo hubiera conocido casi desde siempre, como si no le hubiera visto crecer, como si no me importara, y ya está, que estupidez esas tres palabritas.

Éramos amigos, pero yo no le merecía, y el no merecía ese destino, y todo es mi culpa, ni siquiera llegó a tener un entierro digno, eso era lo que pensaba mientras veía su cuerpo desnudo dentro del refrigerador, pues me había desecho de su hermoso vestido color blanco que ahora se encontraba aleatoriamente manchado de rojo y sepultado en un pequeño agujero y adornado con una crucesita de madera que sobresale de este, y lo más irónico es que ambos fueron hechas con el mismo cuchillo que utilizé para, bueno, ya saben qué.


Aquella mancha roja color sangre que habría pintado el filo del cuchillo desapareció, ya no quedaba ningún rastro, quien diría que con tierra, madera, agua, jabón de fregar y una bastarían para borrar toda la evidencia, al menos del cuchillo, porque ese día sigue grabado en mi conciencia...

© YDJDJV