Capítulo 13
Sky
Toda la mañana había estado pensando en lo ocurrido hace dos años, y ni siquiera entendía por qué mi mente me traía esos recuerdos justo ahora. En fin... pongo todo mi esfuerzo ahora por concentrarme en la clase de Geometría. Nunca ha sido mi fuerte, por lo que necesito un extra de empeño para aprobar. Así que lo que queda de turno estoy atenta, repitiendo mentalmente cada palabra que dice el profesor y tomando cada apunte.
Cuando suena el timbre para anunciar la hora del almuerzo, lo veo en la puerta del aula esperando por mí. Todos salen menos yo, no tengo intenciones de hacerlo; así que Alex entra y se planta frente a mi asiento, apoyando las manos sobre la mesa y bajando su torso hasta tener los ojos a la altura de los míos.
—Sky, por favor, necesito que me escuches. Necesito escucharte y que me digas...
—No tengo nada para decirte, Alex— le digo desviando mis ojos hacia otro lado, porque su mirada clavada en mí hará que flaquee y no quiero.
Suspira. Se pasa la mano por el pelo y tengo la certeza entonces de que está empezando a desesperarse; lo sé porque siempre hace ese gesto cuando se siente desesperado. Apuesto lo que sea a que ahora mismo estará mordiendo su labio inferior.
Resopla.
—Sky, por favor... habla conmigo. O al menos escúchame.
Cierro mis ojos con fuerza porque el nudo en la garganta crece y amenaza con salir a través de ellos hecho llanto.
—Sky, por favor... —su voz es ahora apenas un susurro ronco y suplicante y mi corazón se quiebra un poco ante eso; su tono de súplica siempre fue mi debilidad y al parecer lo sigue siendo....
Toda la mañana había estado pensando en lo ocurrido hace dos años, y ni siquiera entendía por qué mi mente me traía esos recuerdos justo ahora. En fin... pongo todo mi esfuerzo ahora por concentrarme en la clase de Geometría. Nunca ha sido mi fuerte, por lo que necesito un extra de empeño para aprobar. Así que lo que queda de turno estoy atenta, repitiendo mentalmente cada palabra que dice el profesor y tomando cada apunte.
Cuando suena el timbre para anunciar la hora del almuerzo, lo veo en la puerta del aula esperando por mí. Todos salen menos yo, no tengo intenciones de hacerlo; así que Alex entra y se planta frente a mi asiento, apoyando las manos sobre la mesa y bajando su torso hasta tener los ojos a la altura de los míos.
—Sky, por favor, necesito que me escuches. Necesito escucharte y que me digas...
—No tengo nada para decirte, Alex— le digo desviando mis ojos hacia otro lado, porque su mirada clavada en mí hará que flaquee y no quiero.
Suspira. Se pasa la mano por el pelo y tengo la certeza entonces de que está empezando a desesperarse; lo sé porque siempre hace ese gesto cuando se siente desesperado. Apuesto lo que sea a que ahora mismo estará mordiendo su labio inferior.
Resopla.
—Sky, por favor... habla conmigo. O al menos escúchame.
Cierro mis ojos con fuerza porque el nudo en la garganta crece y amenaza con salir a través de ellos hecho llanto.
—Sky, por favor... —su voz es ahora apenas un susurro ronco y suplicante y mi corazón se quiebra un poco ante eso; su tono de súplica siempre fue mi debilidad y al parecer lo sigue siendo....