Desde mi llegada a este lugar, luego de estar tanto tiempo en mi nube celestial y de poder curarme con mis vientos sagrados, tu fuiste uno de los pocos que esperaba ver.
Por qué desde el lugar más frío e inhumano, hasta la parte más cálida y llena de vida, mientras estábamos lejos, tu me enviabas tu amor y compresión.
Y puede que no estuviera seguro que hacer con el, ya que estaba sanando mi alma y no quería tener distracciones de afuera.
Por lo que tenía la pequeña esperanza de que cuando volviera y estuviera mejor, tal vez tú ya te abrías ido y todo fuera más fácil para mí.
Pero cuando regrese, me di cuenta que tú seguías allí, esperando mi llegada.
Y no podía apartarte de mi lado, por qué ya desde lejos, los dos estábamos pegados el uno del otro, sin remedio alguno.
Por qué desde que estaba en las nubes y solo estaban los pájaros para acompañarme, tu me envíabas audios de tu voz y fotos sobre los lugares que solía visitar cuando estaba allá abajo.
Y ahora, que estoy aquí y he vuelto a mi hogar, nuestros días juntos se sienten extrañamente confusos.
Ya no hay una pantalla entre nosotros, mandando mensajes de texto o audios de voz. Ahora estamos frente a frente, hablando y mirando nuestros rostros, prestando atención a nuestras expresiones.
Por qué ahora no es igual como antes...
Ahora es mucho mejor.
Por qué cuando estamos los dos juntos y no hay nadie más cerca, los dos nos vamos a ese lugar escondido.
Y nos escondemos para poder hablar sobre nosotros.
Esos días que solíamos hablar durante horas y horas, mientras que pensaba que solo podíamos hacerlo gracias a estas pantallas, ahora son reemplazados por estos días en que hablamos con nuestras voces, escuchando nuestras emociones.
Pero ahora hay algo más entre nosotros dos.
Estamos con esa llama que nos vuelve únicos y brillantes.
Y aunque pensaba que todo esto solo era cosa de mi mente, un día decidiste demostrarme el amor de tu alma.
Y decidí mostrar mis sentimientos hacia a ti.
Por qué yo comenzaba a pensar mucho en ti desde que estaba en mis nubes y mi Utopía.
Y ahora ambos nos hemos convertido en uno solo.
Por qué cuando estábamos juntos en ese lugar escondido, tu solías ocultarte para hacerme un juego con los pasos.
¿Puedo ocultarme también?
¿Ocultarme cerca de esas hojas que caen del árbol que nace de nuestros sentimientos?
Por qué ahora se que ambos somos iguales.