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El Legado
Capítulos 4 al 6 de 8

✨✨✨✨📝✨✨✨✨

IV
Los Acordes De Mi Corazón

Desde joven, siempre tuve una gran pasión por la música. Me fascinaba el sonido de la guitarra y me maravillaba cómo las notas podían transformarse en melodías cautivadoras. Aprendí a tocar la guitarra por mi cuenta y rápidamente me di cuenta de que tenía un talento natural para la música.

Cuando comencé la universidad, formé una banda con mis amigos. Nos presentábamos en fiestas y eventos, y poco a poco fuimos ganando popularidad. Fue allí donde realmente empecé a perfeccionar mi técnica y a explorar nuevos géneros musicales.

Recuerdo que, durante esa época, la música era mi escape. Era mi manera de relajarme y de conectar con mi ser interior. Me ayudaba a mantenerme en equilibrio y a enfrentar los desafíos de la vida con mayor fuerza y determinación.

Estudiaba en la Universidad de Puerto Rico en Ponce y aunque no estudié música formalmente, siempre me aseguraba de aprender todo lo que podía sobre teoría musical y práctica en mi tiempo libre. Eso me ayudó a desarrollar mi estilo único y a tener éxito en mi carrera musical.

Incluso después de graduarme y comenzar mi carrera profesional en el mundo de los negocios, nunca abandoné mi amor por la música. Continué tocando en mi tiempo libre y enseñando a otros jóvenes talentosos cómo tocar la guitarra.

La música siempre ha sido una parte fundamental de mi vida, una que me ha traído alegría, emoción y satisfacción en todos los momentos de mi vida. Y aunque sé que el tiempo no perdona, seguiré tocando mi guitarra hasta el último día de mi vida.

Después de graduarme de la universidad, comencé a tocar en bares y clubes de la ciudad, lo que me permitió seguir explorando mi pasión por la música y mejorando mi técnica en la guitarra. Con el tiempo, formé mi propia banda y empezamos a tocar en eventos más grandes y prestigiosos.

Recuerdo una noche en particular, en la que estábamos tocando en un festival de música local en la plaza del pueblo. Había mucha gente allí, y el ambiente era increíble. La música fluía a través de mí, y sentía que estaba en el lugar correcto, haciendo lo que realmente amaba.

Pero a medida que pasaban los años, me di cuenta de que la música era más que solo una pasión, era una forma de vida. Me había enamorado de ella de tal manera que era incapaz de imaginar mi vida sin ella. Y aunque la fama y el éxito nunca llegaron a mi puerta, siempre estaré agradecido por los momentos que me permitió vivir, y por las personas increíbles que conocí a lo largo del camino.

Hoy en día, a pesar de que ya no tengo la misma energía y vitalidad de antes, todavía toco la guitarra en mi casa, rodeado de mis seres queridos. La música sigue siendo parte de mi vida, y siempre estará ahí para recordarme quién soy y de dónde vengo.

Incluso después de tantos años, la música sigue siendo mi mayor pasión. Cada vez que toco mi guitarra, siento como si el tiempo se detuviera, y me transportara a un lugar donde todo es posible. Es un lugar donde no hay miedos ni inseguridades, solo la música y yo.

Recuerdo una vez, hace muchos años, cuando estaba tocando en un pequeño bar en la ciudad. Había un hombre sentado en la barra, y podía sentir cómo su mirada estaba clavada en mí mientras tocaba.

Después del espectáculo, se acercó a mí y me dijo que mi música lo había llevado de vuelta a su juventud, y que estaba muy agradecido por eso.

Fue en ese momento cuando me di cuenta de que la música puede ser algo más que solo un pasatiempo. Puede ser una forma de conectar con los demás, de tocar sus corazones y hacer que se sientan vivos.

Aunque...