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la incógnita
La noche era oscura y silenciosa. El único sonido era el de las hojas de los árboles crujiendo bajo los pies de la joven mujer que caminaba por el bosque.

La mujer se llamaba Laura, y estaba perdida. Había estado caminando durante horas, tratando de encontrar su camino de regreso a casa, pero estaba cada vez más confundida.

Laura había ido a dar un paseo por el bosque después del trabajo, pero se había distraído y había perdido de vista su camino. Ahora estaba sola, y no sabía qué hacer.

De repente, Laura escuchó un ruido. Se detuvo, con el corazón latiendo a mil por hora. El ruido se repitió, y Laura se dio cuenta de que venía de los árboles.

Laura se acercó al lugar de donde venía el ruido, con cautela. Cuando llegó, vio una figura oscura parada entre los árboles.

La figura era alta y delgada, y estaba vestida de negro. Laura no podía ver su cara, pero podía sentir que la estaba mirando.

Laura se quedó paralizada, sin saber qué hacer. La figura se movió, y Laura vio que tenía una mano en su bolsillo.

Laura se dio cuenta de que la figura tenía un arma. Su corazón se aceleró aún más, y sintió que se le escapaba el aliento.

La figura sacó el arma y la apuntó a Laura. Laura cerró los ojos, esperando lo peor.

Pero en ese momento, algo inesperado sucedió. La figura se dio la vuelta y huyó.

Laura se quedó allí, sin entender lo que había pasado. ¿Quién era esa persona? ¿Y por qué la había amenazado?

Laura se dio cuenta de que tenía que encontrar una forma de salir del bosque. Empezó a caminar, con la esperanza de encontrar su camino de regreso a casa.

Pasaron los minutos y luego las horas, pero Laura no encontró su camino. Estaba cada vez más cansada y desorientada.

De repente, Laura vio una luz en la distancia. Corrió hacia la luz, y pronto llegó a una casa.

Laura llamó a la puerta, y un hombre abrió. El hombre era un anciano, y tenía una expresión de preocupación en su rostro.

Laura le contó al anciano lo que había sucedido. El anciano le dijo a Laura que podía quedarse en su casa esa noche.

Laura le agradeció al anciano, y entró en la casa. Se sintió aliviada de estar a salvo, pero aún no entendía lo que había sucedido en el bosque.

A la mañana siguiente, Laura se despertó y se vistió. Se despidió del anciano y salió de la casa.

Laura caminó hasta la carretera, y pronto encontró un autobús que la llevó de regreso a casa.

Laura llegó a casa y se acostó. Se quedó dormida enseguida, pero tuvo pesadillas toda la noche.

Al día siguiente, Laura llamó a la policía y les contó lo que había sucedido. La policía investigó el caso, pero nunca encontraron a la figura oscura.

Laura nunca olvidó lo que sucedió en el bosque. La incógnita de quién era la figura oscura y por qué la había amenazado sigue acompañándola hasta el día de hoy.

Fin
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