Parte final

Más pronto de lo que creían la necesidad surtió efecto y se citaron en aquel sitio que se convertiría en su refugio de los dos, donde las horas y minutos parecían no correr en esas extensas charlas que se volvieron cotidianas, adictivas y necesarias.
Así la historia de recuerdos se fue anudando y creciendo permitiendo que llegara ese primer beso entre los dos, los labios simplemente se atraían y no hubo palabras solo cerraron sus ojos y un ligero susurro cerró esta primera experiencia, de ahí en adelante fueron largas conversaciones que a diario se presentaron en donde no existía tiempo ni espacio.

Rubén miro a Melissa y quiso armar su retrato y sus ojos parpadearon como tomando una fotografía y dejando entrar esa luz obturando ese momento cual cámara fotográfica. Su cabello largo negro y abundante que caía en forma de manantial sobre sus hombros, su cara siempre destacaba su sonrisa que iluminaba todo a su alrededor y esos dientes tan blancos como su alma. El Realmente...