(Jamás rompería esas barreras con mi poder, a menos que... Ana lo permita)

Fue el pensamiento de Sara por aquel suceso tan inesperado de romper las barreras que son imposibles de destruir.

Conocía bien el poder de Ana por lo que sus golpes no iban a funcionar pero lo hicieron, eso hizo que se preguntara que estaba pasando en la mente de su amiga, porque si de verdad quisiera evitar que se acercara entonces nunca debería haber atravesado la barrera.

También se percató de el cambio repentino en su apariencia, aquel fuego de múltiples colores que estaba en su cuerpo, aunque se preguntaba como paso dejo de pensar en eso y centrarse en lo importante.

Sin hacerse más preguntas solo fue corriendo para hacer entrar en razón a su amiga.

Mientras más avanzaba más barreras aparecían, cada vez era más difícil romper la siguiente y la siguiente, pero no se iba a detener, aunque sea solo una vez, una sola vez en su vida, quería ayudar a alguien que no sea ella misma.

Conforme se acercaba al tornado donde se encontraba Ana pudo notar que estaba más cerca de alcanzarla, faltaba muy poco, unos metros de distancia más pero justo apareció la última barrera.

Como sabia que era la última? Fue fácil saberlo pues esta si que no podía romperla por más fuerza que tuviera, solo llegaba hasta aquí, tan cerca pero tan lejos y poco a poco la distancia se hacía otra vez más lejana.

-Ana!! -

Grito Sara con la esperanza de que la escuchara pero no lo hizo, solo continuaba su camino rodeada de ese fuego.

-se que me estas escuchando y seguramente no te importe lo que diga -...