Sentirte afligido es bastante normal, las personas suelen temerle al cambio, a esa renovación, sin saber al menos si eso que nos depara será para bien o viceversa; al menos el intentar de dar otro foco a algo más placentero puede llegar a ser provocador. Cuando nos sentimos dentro de un laberinto de siete niveles, se quiere dejar todo atrás, ese poder, ese esfuerzo, esa motivación, de alguna manera se va y presentimos ese vacío que nos espera, está bien llorar, está bien sentir porque somos seres humanos y es una capacidad que deberíamos valorar en este juego llamado "vida".
Cuando has sentido todo esto, es bueno percatarse de que el dolor se puede convertir en una fortaleza y más allá de este campo, se puede forjar nuestra mentalidad en algo más tranquilo, como una hoja en temporada de Otoño pero a la vez, una roca gigante e inquebrantable cuando algo o alguien intenta romperla. Aprender de tu sufrimiento es una clave más para alcanzar el éxito. Pero en este escrito no te diré palabras comúnes con inspiraciones sabias, es a base de experiencia.
De aquí parten las mentes ociosas y brillantes que enseñan al mundo cómo actuar debidamente fundamentando el Estoicismo práctico, alcanzar la paz y la iluminación, pero sobre todas las cosas, transmutar esa debilidad en poder.
Llorar es el primer paso para cambiar algo viejo, algo que está roto o cansado, significa estar listo para partir un nuevo ciclo, no te diré que no te frustres, hazlo. Pensar, sentir y aceptar son procesos paulatinos, no imposibles. Perdurar en ese estado de intranquilidad se apacigüa cuando estás en las últimas, pero es ahí donde, tu vida; empieza a darte otra perspectiva, aprendiendo a amarla.

Abrir las puertas de tu corazón, abrir las puertas de tu alma para sanar lo que no has podido superar aún, puede resultar extraño e imposible, pero cuando vas pasando por esas huellas que tu mente ya ha navegado y explorado antes que tu cuerpo, se siente tranquilidad plena, situación insuperable, pensamientos reconfortantes, el amar del ser y de la vida misma.

Ahora mismo, me temo haber llorado por tres días consecutivos sin descanso alguno, pero el intentar hacer un esfuerzo para sanar, es la clave del todo, para redescubrir de lo que eres capaz y, por supuesto; de lo que puedes llegar a lograr. En este momento, me quedan cortas las palabras para expresar más de mi propio ser digno de abrirse y trascender, no es sencillo, al menos, es algo que se intenta...

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