¿Maléfica?
¿Y entonces? ¿Vienes aquí buscando cuentos de princesitas inocentes? ¿Relatos de damiselas desesperadas en busca de apuestos y tontos príncipes? ¿O quizás eres de esas que cree en el amor a primera vista?
¡Cuéntame! Te encantaría estar ahora mismo encerrada en una torre, sin nada que hacer. ¿Verdad? Al más puro estilo de la tonta de Rapunzel. Suplicando amor y pidiéndole a Dios que ponga en tu camino al caballero, don Salvador bla, bla, bla, mientras tú te dedicas a ser bella y a lanzar improperios contra aquellos que son como yo.
No, cariño, aquí no hallarás nada de eso. Conozco a las de tu clase y no voy a permitir que envenenes mi historia.
Porque sí, ¡esta es mi historia! ¡La mía, no la de Blanca cualquier cosa o la de la Sirena pelirroja que anhela correr tras un chico que vió una sola vez en su vida.
¡Dios! ¡Si te vieras al espejo con tu carita de ángel sorprendido! Mejor lárgate antes de que te lance un maleficio. Al final soy una desquiciada. ¿O... no?
Según mis padres sí. Fui toda una desgracia. Hasta que nací vivieron felices con mis tres hermanas mayores a quienes tuvieron la decencia de nombrar Flora, Fauna y Primavera. ¡Anjá, lo...