Confusa atracción
Atracción perversa y obsesión secreta. Todo comenzó con un extraño recuerdo, donde solía mirar profundamente tu rostro, y pensar en un y mil maneras de decirte "hola", pero después de tanto pensar llegué a la conclusión de que tenía que ser directa contigo, solo así podría tener tu atención fija en mi, asique decidí aprovechar nuestra grata compañía en un salón de clase con no mas de 5 alumnos aprendiendo inglés, aproveche el momento para acudir a ti y presentarme. Mediante pasaban los días me iba atrayendo cada vez más tu silencio, tu soledad, esa manera rara de ser antisocial, sin embargo eras todo lo contrario para mí, aún así decidí hacerlo, busque la manera más loca de hacerte sonreír, y así fue... Entonces desde ahí supe que serias mío.
Cayado y serio, como me fascina eso en ti, decidí ser la dama delicada para ti, entonces hablamos y empezamos a caminar a casa juntos, día tras día, mientras las conversaciones iban fluyendo entre nosotros y el roce de nuestras manos era más frecuente.
Parte de las charlas te iba conociendo y teniendo en cuenta cada detalle entre los dos, encontraba semejanzas mutuas, hasta que un día, prueba de que mi atracción también nacía en ti, fue haberme prestado un hermoso libro, cielos como me encantó ese detalle!.
Cada mañana me sentaba afuera a esperar tu llegaba y comprobar si al verme te quedarías conmigo o decidirás irte a clase a esperar al maestro, pero, decidiste quedarte, cariño que grave error, te condenó a amarte intensamente. Ya estaba obsesivamente metida en ti, y quería que tu lo hagas igual, empecé a imaginar que tomabas mi mano fuerte, me beses lento mientras me aprietes el tu pecho, amado mío, quería tenerte, poseer tu amor, todo mío. Luego supe que eras un chico que no había besado a una mujer, y...
Cayado y serio, como me fascina eso en ti, decidí ser la dama delicada para ti, entonces hablamos y empezamos a caminar a casa juntos, día tras día, mientras las conversaciones iban fluyendo entre nosotros y el roce de nuestras manos era más frecuente.
Parte de las charlas te iba conociendo y teniendo en cuenta cada detalle entre los dos, encontraba semejanzas mutuas, hasta que un día, prueba de que mi atracción también nacía en ti, fue haberme prestado un hermoso libro, cielos como me encantó ese detalle!.
Cada mañana me sentaba afuera a esperar tu llegaba y comprobar si al verme te quedarías conmigo o decidirás irte a clase a esperar al maestro, pero, decidiste quedarte, cariño que grave error, te condenó a amarte intensamente. Ya estaba obsesivamente metida en ti, y quería que tu lo hagas igual, empecé a imaginar que tomabas mi mano fuerte, me beses lento mientras me aprietes el tu pecho, amado mío, quería tenerte, poseer tu amor, todo mío. Luego supe que eras un chico que no había besado a una mujer, y...