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Una historia de amor L & M
Hubo una vez, que un gran corazón frágil se le entregó al menos indicado.
Aquella chica que su pasado arrastraba, le pesaba y le dolía; conoció a un chico con un aura dura, un chico que pasara lo que pasara no mostraba sus debilidades, inseguridades o problemas. Era el chico que se negaba a conversar sus sentimientos, miedos o deseos, el chico que siempre es difícil de leer.
En cambio, ella era un libro desconocido, pero que con el paso del tiempo, podías ir leyendo a la perfección cada capítulo, pues no había nada más honesto que sus dulces ojos café. Era una chica expresiva, que no dudaba en hablar las cosas, amable, que no sabía decir que no, la que daba siempre segundas y hasta terceras oportunidades.
Ambos se conocieron, hablaron y hablaron hasta el cansancio. Para él, no había nada más dulce que escucharla hablar cuando a ella le salía, pues era una chica bastante callada de las que preferían escuchar antes que hablar. Para ella, no había tal misterio como el de esos ojos oscuros que tanto la miraban.
Ambos se querían pero poco lo admitían, ella por miedo al amor, él por buscar la aprobación de otros.
Él la lastimó por no lastimar a otra, otra chica a la que conocía desde hace mucho más tiempo que la chica de los ojos café, él eligió no soportar la presión de sus amigos para que estuviera con la otra chica y le mintió a la de ojos café para no tener que darle explicaciones, porque de sus labios no podía salir "La prefiero a ella".
Aquella chica estuvo destrozada al ver como la sacó de su vida sin decir nada, sin siquiera decirle adiós, ella cree que él solo jugó con ella, y lo odia tanto como lo quiere, porque sabe que si el vuelve; no dudará en dejarlo entrar.
Una historia que merece ser contada, para que sepan el gran amor que puede surgir de dos personas profundamente dañadas por el pasado y que se cuidan mutuamente pero que tienen el cuchillo en la garganta del otro a la vez.
Por el miedo al rechazo, por el miedo a crecer, por el miedo a amar de verdad; muchos amores se pierden y nunca se vuelven a encontrar.
© lux
Aquella chica que su pasado arrastraba, le pesaba y le dolía; conoció a un chico con un aura dura, un chico que pasara lo que pasara no mostraba sus debilidades, inseguridades o problemas. Era el chico que se negaba a conversar sus sentimientos, miedos o deseos, el chico que siempre es difícil de leer.
En cambio, ella era un libro desconocido, pero que con el paso del tiempo, podías ir leyendo a la perfección cada capítulo, pues no había nada más honesto que sus dulces ojos café. Era una chica expresiva, que no dudaba en hablar las cosas, amable, que no sabía decir que no, la que daba siempre segundas y hasta terceras oportunidades.
Ambos se conocieron, hablaron y hablaron hasta el cansancio. Para él, no había nada más dulce que escucharla hablar cuando a ella le salía, pues era una chica bastante callada de las que preferían escuchar antes que hablar. Para ella, no había tal misterio como el de esos ojos oscuros que tanto la miraban.
Ambos se querían pero poco lo admitían, ella por miedo al amor, él por buscar la aprobación de otros.
Él la lastimó por no lastimar a otra, otra chica a la que conocía desde hace mucho más tiempo que la chica de los ojos café, él eligió no soportar la presión de sus amigos para que estuviera con la otra chica y le mintió a la de ojos café para no tener que darle explicaciones, porque de sus labios no podía salir "La prefiero a ella".
Aquella chica estuvo destrozada al ver como la sacó de su vida sin decir nada, sin siquiera decirle adiós, ella cree que él solo jugó con ella, y lo odia tanto como lo quiere, porque sabe que si el vuelve; no dudará en dejarlo entrar.
Una historia que merece ser contada, para que sepan el gran amor que puede surgir de dos personas profundamente dañadas por el pasado y que se cuidan mutuamente pero que tienen el cuchillo en la garganta del otro a la vez.
Por el miedo al rechazo, por el miedo a crecer, por el miedo a amar de verdad; muchos amores se pierden y nunca se vuelven a encontrar.
© lux
