Capítulo 20
Sky
Voy camino a la escuela inmersa en mis pensamientos. Han pasado ya varias semanas desde que le conté a Álex lo que me pasa. Aún recuerdo lo comprensivo que fue conmigo y lo apoyada y protegida que me sentí en sus brazos.
Ese día hablamos de muchas cosas, relacionadas principalmente con lo que pasó con mis abuelos y cómo me había afectado.
También le expliqué que aunque me encantó ese beso que nos dimos y que era bastante obvio que pasaban cosas entre nosotros, no me sentía lista para salir en serio con nadie. Él estuvo de acuerdo: yo necesitaba tiempo para solucionar tanto que sentía dentro de mí y aún no lograba canalizar.
Pero eso no significaba que dejáramos de vernos, al contrario: pasamos muchísimo tiempo juntos y cada vez nos acercamos más.
Alex ha investigado muchas cosas sobre mi trastorno; lo cual es algo que yo agradezco porque mucho de lo que él ha encontrado son dudas que no me atrevo a plantearle a los psicólogos. Es muy lindo al reunir toda esa información para mí y estudiarla para explicarme todo de la forma más simple. Aunque en realidad, no me sorprende que lo haga: solo es Alex siendo Alex, y esa es de las cosas que me encantan de él.
Hoy es jueves; el jueves se ha convertido en mi día favorito de la semana. Por un lado, significa ir a terapia y en serio me siento muy cómoda con Max. No lo veo solo como mi psicólogo, sino también como mi amigo. Tengo que admitir que tuve un pequeño flechazo con él, pero tener un crush es algo con lo que no puedo lidiar ahora mismo, así que: DESCARTADO.
Por otra parte, se hizo una costumbre que Alex pase por mí a la consulta y hagamos algo juntos.
Igualmente se hizo costumbre que él me espere a la entrada del colegio, así como ahora. Me detengo a unos metros y aprovecho que aún no me ha visto para quedarme mirándolo.
Es tan malditamente guapo: es gracioso cómo siempre dije que no me gustaban los chicos con ojos claros porque me parecían inexpresivos, y aquí me ven: con la vida riéndose de mí a carcajadas en mi propia cara, porque el azul de sus ojos me puede de una manera inexplicable; porque en su...
Voy camino a la escuela inmersa en mis pensamientos. Han pasado ya varias semanas desde que le conté a Álex lo que me pasa. Aún recuerdo lo comprensivo que fue conmigo y lo apoyada y protegida que me sentí en sus brazos.
Ese día hablamos de muchas cosas, relacionadas principalmente con lo que pasó con mis abuelos y cómo me había afectado.
También le expliqué que aunque me encantó ese beso que nos dimos y que era bastante obvio que pasaban cosas entre nosotros, no me sentía lista para salir en serio con nadie. Él estuvo de acuerdo: yo necesitaba tiempo para solucionar tanto que sentía dentro de mí y aún no lograba canalizar.
Pero eso no significaba que dejáramos de vernos, al contrario: pasamos muchísimo tiempo juntos y cada vez nos acercamos más.
Alex ha investigado muchas cosas sobre mi trastorno; lo cual es algo que yo agradezco porque mucho de lo que él ha encontrado son dudas que no me atrevo a plantearle a los psicólogos. Es muy lindo al reunir toda esa información para mí y estudiarla para explicarme todo de la forma más simple. Aunque en realidad, no me sorprende que lo haga: solo es Alex siendo Alex, y esa es de las cosas que me encantan de él.
Hoy es jueves; el jueves se ha convertido en mi día favorito de la semana. Por un lado, significa ir a terapia y en serio me siento muy cómoda con Max. No lo veo solo como mi psicólogo, sino también como mi amigo. Tengo que admitir que tuve un pequeño flechazo con él, pero tener un crush es algo con lo que no puedo lidiar ahora mismo, así que: DESCARTADO.
Por otra parte, se hizo una costumbre que Alex pase por mí a la consulta y hagamos algo juntos.
Igualmente se hizo costumbre que él me espere a la entrada del colegio, así como ahora. Me detengo a unos metros y aprovecho que aún no me ha visto para quedarme mirándolo.
Es tan malditamente guapo: es gracioso cómo siempre dije que no me gustaban los chicos con ojos claros porque me parecían inexpresivos, y aquí me ven: con la vida riéndose de mí a carcajadas en mi propia cara, porque el azul de sus ojos me puede de una manera inexplicable; porque en su...