...

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Shizakura (Escenario N° 3)
Un día a la hora de la serpiente
el joven tigre palidecia
producto de una intensa fiebre
que lo tenía adormecido en lugubres sueños.
Experimentando vivencias
de un futuro que se avecinaba;
una batalla entre dos bestias
que sufrían, no por las heridas
que se provocaban,
sino por sus corazones
que tristemente sollozaban.

Rugía entre pesadillas
mientras el pequeño dragón
corria a la cascada en búsqueda
de agua y hierbas para calmar
el hervor que sentía su hermano menor.

'Kami-sama' ~Exclamaba el lamentado dragón~
'Has que el tigre vuelva a sacar los colmillos...
'No me dejes sin la única familia que me queda en este mundo...te lo imploro..PORFAVOR!! '

El maestro, sentía como el dragón
se lamentaba de las duras pruebas terrenales
que les otorgaba el cielo
a esos dos hermanos de sangre.
No dejaría que un estudiante del estilo
de un único sucesor, feneciera a causa
de una enfermedad de la tierra...

Liberó, uno de los arcanos secretos, de ese
misterioso arte de asesinar.. el cual consistía
en dar vida.. Apodado:
[ La palma de la eterna creación].

Se arrodilló al lado del débil tigre
expuso sus dos manos frente a frente
una palma con la otra
separadas milimétricamente...
Y dijo: 'observa bien joven dragón'
'en el arte de asesinar, también hay creación'

Y se comenzó a generar una sutil luz
que nacía de esa pequeña brecha de sus palmas.
Cada vez más intensa de brillo y calor
y con esa energía, la puso en el pecho del tigre mientras recitaba un mantra poco legible a los oídos del sorprendido dragón..

Pero si pudo observar, como el tigre comenzaba a sudar, como si hubieran derribado una represa
de castores, era una tetera humana,
silbando que estaba ebullicionando y no había como detenerla...
Entre esa conmoción el tigre susurro entre suaves y angustiosos suspiros:

'Lo.. Los shizakuras.. florecerán...
En una no..noche..de invierno...
A la luz..de la... escarlata...
Luna ensangrentada..'

'Rápido muchacho' ~Decia el maestro~
'Ve por más agua a la cascada'
-'Si maestro' ~ Respondió el dragón, sorprendido de lo que escucho de su hermano, pero más aún del sol que habitaba en la palma de su sensei~...

Luego del algunas horas el tigre volvió en si
agradeciendo el abrazo del sol, que lo cobijó,
la compañía de su hermano, que nunca lo dejó
Y la entrega y sabiduría de su mentor, que le devolvió el bendito don...

'Recuerdas los sueños que viviste, tigre'
~ Pregunta su maestro~
- 'No, sensei' ~Responde el joven, aún un poco desvanecido~
- 'Me alegra que estes bien' ~sonriendo como un padre, responde plácidamente el instructor~

Y un cálido abrazo
en estos recuerdos
cerro ese intenso lapsus
que alimentaban sus huertos...






© ~Cris - Tian~