Desde niña pensé que debía de "ser salvada", que algún día al abrir mis ojos, estaría a mí lado la persona, que me salvaría del infierno en el que vivía, ahora con dos décadas por delante, al aprender aceptar las pérdidas y las derrotas, me he visto y a ese reflejo en el agua, que soy yo viéndome de frente, casi siempre con los labios secos, con la piel quemada por el sol y con esos dientes que desatinamente resguardan mi voz y esos ojos color de sol, que sean vuelto el lenguaje de mi espíritu guerrero, la intensidad del agua que habita en mis poros y esa sonrisa gigante que no oculta la verdad en conjunto con esa risa estruendosa que como eco resuena sin miedo.

Así es como despierta mi esencia, en un huracán o una bella tempestad, no existe términos medios en mi verdad, sin embargo, siempre trato de escucharme y qué ese impulso de mis latidos no paren, hasta que la alegría invada cada rincón de mi ser, así vivo tratando de armar mi rompecabezas y sus mil piezas, soy difícil, soy complicada, pero inmensamente noble y transparente como el agua.


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