Y es que cuando el amor se va, se lleva todo consigo; toda esperanza, todo sentir, incluyendo el rencor. Se queda un vacío que es difícil de llenar, te quedas con esa sensación indescriptible.

Buscas refugio en lo primero que te robe una sonrisa. Pretendes ser feliz y en cierto modo lo eres. Comprendes muchas cosas. Comprendes lo que es amar más allá del egoísmo, de la posesión.

Empiezas a sentir la paz al ver que aunque no estén a tu lado hay felicidad, hay sonrisas, baile, se ama... se vive, y tan sólo eso te hace sentir paz. No te cansas de dar gracias, de desear lo mejor. Das gracias por cada momento compartido, por cada sonrisa provocada, cada segundo vivido.

Sabes que todo tiene un principio y un final, ya pasó tu momento. También sabes que otra persona llegará a tu vida. Lo que no sabes es cuánto queda de ti ésta vez. ¿Qué tanto se fue de ti esa última vez? ¿Queda algo, aún capaz de sentir amor?

Querer... Ese sentimiento fluye con el pasar de el tiempo y eres consiente que esa otra persona merece tú cariño, pero, ¿Amor? eso no sabes que queda. Eres tan buena fingiendo que no logras diferenciar que es real. Pero cuando llega la noche la verdad golpea la cara y entonces sabes...
© All Rights Reserved