"La Doncella de Cristal"
En una noche oscura y tempestuosa, el antiguo castillo de Cristal Brillante se erguía siniestro entre las sombras. Los relámpagos brillaban, revelando terribles visiones de un pasado olvidado. Justo en el corazón de esa tormenta, Elina, la doncella perdida, se retorcía en su prisión de cristal, anhelando la redención que le había sido negada.
"¿Por qué no me dejas descansar?" murmuró Elina, su voz débil resonaba en el eco de las piedras. Las grietas en su piel brillaban con un resplandor etéreo, mientras sus ojos amarillos, portadores de imágenes de un tiempo mejor, buscaban una salida a su tormento.
*Flashback
En un tiempo distante, Elina era la princesa más deseada del reino. Su risa resonaba por el castillo, llenando los pasillos de color y vida. Una noche, la celebración de su cumpleaños se interrumpió cuando un grupo de fracasados invocadores desató sin querer a un antiguo ser, un espíritu de sombras conocido como Morwen.
"¡No! ¡No, no, no lo hagan!" gritó Elina, pero era demasiado tarde. Morwen, furioso, emitió un aullido desgarrador y, al instante, la luz de la fiesta se disipó. Un destello iluminó el salón, y Elina sintió cómo su cuerpo comenzaba a transformarse.
"¡Por la luz de las almas perdidas, Elina, serás de cristal y sombra!", rugió la criatura.
...
"¿Por qué no me dejas descansar?" murmuró Elina, su voz débil resonaba en el eco de las piedras. Las grietas en su piel brillaban con un resplandor etéreo, mientras sus ojos amarillos, portadores de imágenes de un tiempo mejor, buscaban una salida a su tormento.
*Flashback
En un tiempo distante, Elina era la princesa más deseada del reino. Su risa resonaba por el castillo, llenando los pasillos de color y vida. Una noche, la celebración de su cumpleaños se interrumpió cuando un grupo de fracasados invocadores desató sin querer a un antiguo ser, un espíritu de sombras conocido como Morwen.
"¡No! ¡No, no, no lo hagan!" gritó Elina, pero era demasiado tarde. Morwen, furioso, emitió un aullido desgarrador y, al instante, la luz de la fiesta se disipó. Un destello iluminó el salón, y Elina sintió cómo su cuerpo comenzaba a transformarse.
"¡Por la luz de las almas perdidas, Elina, serás de cristal y sombra!", rugió la criatura.
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