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"La Elegida del Cielo"
Capítulo 1: El Llamado de Isabelle
Isabelle, una joven de ojos color miel y cabello negro azabache, recorría con paso decidido las calles de Nova City. El ruido de los vehículos y la energía vibrante de la urbe no lograban opacar la inquietud que carcomía su interior. Su teléfono celular sonó y una voz grave, familiar a pesar de su desconocido origen, resonó en su oído.
"Isabelle, la hora ha llegado. El destino te espera. El Cielo te necesita".
La llamada se cortó abruptamente. Isabelle no estaba segura de qué hacer. ¿Quién era ese hombre y por qué hablaba de un "destino" y un "Cielo"? Su vida no había sido nada extraordinaria; trabajaba en una pequeña librería en el barrio y sus únicas preocupaciones eran pagar el alquiler y encontrar una nueva edición de su libro favorito.
De repente, la ciudad comenzó a cambiar a su alrededor. Las calles se volvieron oscuras y la atmósfera se llenó de un silencio ensordecedor. La gente alrededor se congeló, sus miradas vacías y sin vida. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Isabelle.
A su lado, un hombre alto y de rostro angelical, vestido con una armadura dorada, se materializó de la nada. Sus ojos, del color del cielo nocturno, la miraban con intensidad.
"Yo soy Elías", dijo el hombre con voz suave pero firme. "Soy tu ángel guardián y te he venido a buscar".
Isabelle estaba aturdida. ¿Un ángel guardián? ¿En el siglo XXI?
"No entiendo", logró decir. "¿Quién eres y qué está pasando?"
Elías sonrió. "Eres la Elegida, Isabelle. Posees un poder ancestral que solo tú puedes controlar. Un poder que puede salvar a la humanidad".
Isabelle se encogió ante la magnitud de las palabras. ¿Un poder ancestral? ¿Salvar a la humanidad?
"El Cielo está en peligro", continuó Elías. "Las fuerzas del Infierno se están levantando y solo tú puedes detenerlas".
A su alrededor, la ciudad se hundía en la oscuridad. La gente, convertida en estatuas de piedra, permanecía inmóvil. Del cielo comenzaron a descender criaturas infernales de aspecto grotesco.
Capítulo 2: La Revelación del Poder
Isabelle sintió cómo una energía desconocida comenzaba a fluir dentro de ella mientras observaba el caos que se desataba a su alrededor. "¿Qué debo hacer?", preguntó con desesperación.
"Debes creer en ti misma", respondió Elías mientras gesticulaba hacia el horizonte donde las criaturas infernales aterrizaban con un estruendo ensordecedor. "Tú eres más poderosa de lo que imaginas".
Sin pensarlo dos veces, Isabelle cerró los ojos e inhaló profundamente. Un brillo dorado comenzó a emanar desde su pecho, iluminando su figura mientras las criaturas se acercaban más.
"¡Detente!", gritó Isabelle con toda su fuerza.
Para su sorpresa, una onda de energía salió disparada hacia las criaturas, haciéndolas retroceder momentáneamente. Elías sonrió con orgullo.
"Ahí está tu poder", dijo mientras ella empezaba a sentir confianza en sí misma.
Con cada movimiento que hacía, el brillo aumentaba y las criaturas comenzaban a desvanecerse ante su luz. Sin embargo, no todo era fácil; sentía que había algo más oscuro acechando detrás de las sombras.
Capítulo 3: La Conexión Prohibida
Mientras luchaban contra las criaturas infernales, Isabelle comenzó a notar algo inusual en Elías: había un destello en sus ojos cada vez que ella usaba su poder.
Una noche, después de una intensa batalla donde habían logrado repeler temporalmente a los demonios, Isabelle decidió preguntarle sobre esa conexión especial que sentía entre ellos.
"Elías", comenzó mientras caminaban por un sendero iluminado por estrellas fugaces, "hay algo entre nosotros que no puedo ignorar".
El rostro del ángel se tornó serio por un momento antes de responder: "Es peligroso lo que sentimos… No debería ser posible entre un ángel y una mortal".
Isabelle sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras; sin embargo, no podía negar lo que había crecido entre ellos: una chispa ardiente que desafiaba todas las reglas.
Capítulo 4: La Batalla Final
Con el tiempo corriendo en contra y las fuerzas del Infierno cada vez más cerca, llegó el día decisivo: debían enfrentarse al líder demoníaco conocido como Zareth, quien había estado manipulando todo desde las sombras.
Enfrentarse a Zareth fue como entrar al corazón del caos mismo; él era imponente, con alas negras como la noche y ojos llameantes que parecían devorar todo lo bueno a su alrededor.
La batalla fue feroz; Isabelle luchó con valentía junto a Elías mientras sus poderes combinados creaban explosiones de luz contra la oscuridad palpable que Zareth emanaba.
"¡Usa tu amor!", gritó Elías mientras ambos estaban rodeados por sombras amenazantes. En ese momento crucial, Isabelle recordó lo profundo que era su vínculo con Elías; el amor puro podía ser más poderoso que cualquier otra cosa.
Juntos elevaron sus manos al cielo y canalizaron toda esa conexión hacia Zareth. Una explosión brillante llenó el aire cuando sus energías chocaron contra él.
Capítulo 5: La Elección Final
Zareth cayó ante ellos en un estallido de humo negro; sin embargo, antes de desaparecer por completo, lanzó una advertencia: "Este mundo no estará a salvo por mucho tiempo…"
La oscuridad se disipó lentamente mientras los ciudadanos volvían a cobrar vida alrededor suyo; todos miraban asombrados a Isabelle y Elías como si fueran héroes legendarios.
Sin embargo, Isabelle sabía que esta victoria venía acompañada de decisiones difíciles. Consciente del peligro siempre presente debido al vínculo entre ella y Elías —un ángel— sabía que debían separarse para mantener el equilibrio entre ambos mundos.
En un último encuentro bajo un manto estrellado, Isabelle tomó las manos de Elías entre las suyas y dijo: "Siempre estarás conmigo".
El ángel sonrió tristemente antes de desvanecerse lentamente en un destello dorado que iluminó todo Nova City.
Isabelle sintió una mezcla de tristeza y esperanza al saber que aunque estaban separados físicamente, sus corazones siempre estarían conectados por aquel amor prohibido pero eterno.
Epílogo: Un Nuevo Comienzo
Con el tiempo, Isabelle se convirtió en una defensora del bien en Nova City; usaba sus poderes para ayudar a otros y asegurarse de que nunca más enfrentaran la oscuridad sola. A menudo miraba al cielo buscando alguna señal de Elías; sabía que él siempre estaría velando por ella desde lo alto.
Y así comenzó una nueva era donde amor y valentía coexistían para siempre bajo el mismo cielo brillante donde todo había comenzado…
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Isabelle, una joven de ojos color miel y cabello negro azabache, recorría con paso decidido las calles de Nova City. El ruido de los vehículos y la energía vibrante de la urbe no lograban opacar la inquietud que carcomía su interior. Su teléfono celular sonó y una voz grave, familiar a pesar de su desconocido origen, resonó en su oído.
"Isabelle, la hora ha llegado. El destino te espera. El Cielo te necesita".
La llamada se cortó abruptamente. Isabelle no estaba segura de qué hacer. ¿Quién era ese hombre y por qué hablaba de un "destino" y un "Cielo"? Su vida no había sido nada extraordinaria; trabajaba en una pequeña librería en el barrio y sus únicas preocupaciones eran pagar el alquiler y encontrar una nueva edición de su libro favorito.
De repente, la ciudad comenzó a cambiar a su alrededor. Las calles se volvieron oscuras y la atmósfera se llenó de un silencio ensordecedor. La gente alrededor se congeló, sus miradas vacías y sin vida. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Isabelle.
A su lado, un hombre alto y de rostro angelical, vestido con una armadura dorada, se materializó de la nada. Sus ojos, del color del cielo nocturno, la miraban con intensidad.
"Yo soy Elías", dijo el hombre con voz suave pero firme. "Soy tu ángel guardián y te he venido a buscar".
Isabelle estaba aturdida. ¿Un ángel guardián? ¿En el siglo XXI?
"No entiendo", logró decir. "¿Quién eres y qué está pasando?"
Elías sonrió. "Eres la Elegida, Isabelle. Posees un poder ancestral que solo tú puedes controlar. Un poder que puede salvar a la humanidad".
Isabelle se encogió ante la magnitud de las palabras. ¿Un poder ancestral? ¿Salvar a la humanidad?
"El Cielo está en peligro", continuó Elías. "Las fuerzas del Infierno se están levantando y solo tú puedes detenerlas".
A su alrededor, la ciudad se hundía en la oscuridad. La gente, convertida en estatuas de piedra, permanecía inmóvil. Del cielo comenzaron a descender criaturas infernales de aspecto grotesco.
Capítulo 2: La Revelación del Poder
Isabelle sintió cómo una energía desconocida comenzaba a fluir dentro de ella mientras observaba el caos que se desataba a su alrededor. "¿Qué debo hacer?", preguntó con desesperación.
"Debes creer en ti misma", respondió Elías mientras gesticulaba hacia el horizonte donde las criaturas infernales aterrizaban con un estruendo ensordecedor. "Tú eres más poderosa de lo que imaginas".
Sin pensarlo dos veces, Isabelle cerró los ojos e inhaló profundamente. Un brillo dorado comenzó a emanar desde su pecho, iluminando su figura mientras las criaturas se acercaban más.
"¡Detente!", gritó Isabelle con toda su fuerza.
Para su sorpresa, una onda de energía salió disparada hacia las criaturas, haciéndolas retroceder momentáneamente. Elías sonrió con orgullo.
"Ahí está tu poder", dijo mientras ella empezaba a sentir confianza en sí misma.
Con cada movimiento que hacía, el brillo aumentaba y las criaturas comenzaban a desvanecerse ante su luz. Sin embargo, no todo era fácil; sentía que había algo más oscuro acechando detrás de las sombras.
Capítulo 3: La Conexión Prohibida
Mientras luchaban contra las criaturas infernales, Isabelle comenzó a notar algo inusual en Elías: había un destello en sus ojos cada vez que ella usaba su poder.
Una noche, después de una intensa batalla donde habían logrado repeler temporalmente a los demonios, Isabelle decidió preguntarle sobre esa conexión especial que sentía entre ellos.
"Elías", comenzó mientras caminaban por un sendero iluminado por estrellas fugaces, "hay algo entre nosotros que no puedo ignorar".
El rostro del ángel se tornó serio por un momento antes de responder: "Es peligroso lo que sentimos… No debería ser posible entre un ángel y una mortal".
Isabelle sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras; sin embargo, no podía negar lo que había crecido entre ellos: una chispa ardiente que desafiaba todas las reglas.
Capítulo 4: La Batalla Final
Con el tiempo corriendo en contra y las fuerzas del Infierno cada vez más cerca, llegó el día decisivo: debían enfrentarse al líder demoníaco conocido como Zareth, quien había estado manipulando todo desde las sombras.
Enfrentarse a Zareth fue como entrar al corazón del caos mismo; él era imponente, con alas negras como la noche y ojos llameantes que parecían devorar todo lo bueno a su alrededor.
La batalla fue feroz; Isabelle luchó con valentía junto a Elías mientras sus poderes combinados creaban explosiones de luz contra la oscuridad palpable que Zareth emanaba.
"¡Usa tu amor!", gritó Elías mientras ambos estaban rodeados por sombras amenazantes. En ese momento crucial, Isabelle recordó lo profundo que era su vínculo con Elías; el amor puro podía ser más poderoso que cualquier otra cosa.
Juntos elevaron sus manos al cielo y canalizaron toda esa conexión hacia Zareth. Una explosión brillante llenó el aire cuando sus energías chocaron contra él.
Capítulo 5: La Elección Final
Zareth cayó ante ellos en un estallido de humo negro; sin embargo, antes de desaparecer por completo, lanzó una advertencia: "Este mundo no estará a salvo por mucho tiempo…"
La oscuridad se disipó lentamente mientras los ciudadanos volvían a cobrar vida alrededor suyo; todos miraban asombrados a Isabelle y Elías como si fueran héroes legendarios.
Sin embargo, Isabelle sabía que esta victoria venía acompañada de decisiones difíciles. Consciente del peligro siempre presente debido al vínculo entre ella y Elías —un ángel— sabía que debían separarse para mantener el equilibrio entre ambos mundos.
En un último encuentro bajo un manto estrellado, Isabelle tomó las manos de Elías entre las suyas y dijo: "Siempre estarás conmigo".
El ángel sonrió tristemente antes de desvanecerse lentamente en un destello dorado que iluminó todo Nova City.
Isabelle sintió una mezcla de tristeza y esperanza al saber que aunque estaban separados físicamente, sus corazones siempre estarían conectados por aquel amor prohibido pero eterno.
Epílogo: Un Nuevo Comienzo
Con el tiempo, Isabelle se convirtió en una defensora del bien en Nova City; usaba sus poderes para ayudar a otros y asegurarse de que nunca más enfrentaran la oscuridad sola. A menudo miraba al cielo buscando alguna señal de Elías; sabía que él siempre estaría velando por ella desde lo alto.
Y así comenzó una nueva era donde amor y valentía coexistían para siempre bajo el mismo cielo brillante donde todo había comenzado…
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