Capítulo 22
Vanessa
¿Qué? ¡Esto es lo que me faltaba! Como si no fuera suficiente que la idiota de Sky logró que Alex me sacara de su casa, que tenga no solo a Alex, sino también a Freddy como caballero de brillante armadura, como si, además, no bastara con que todo mi grupo de amigos (malditos perdedores) la hayan aceptado como una más… ahora tengo que aguantar ver a ese par entrar a la escuela tomados de las manos.
Lo sabía: sabía que esto de que Alex estuviera todo el tiempo tras de Sky otra vez, no era nada bueno. ¿Por qué rayos tengo que tener tan mala suerte? Odio a esa chica. Solo el hecho de que ella haya logrado destruir en tan poco tiempo lo que me costó tanto esfuerzo lograr, hace que me sienta enferma. ¡Dos años! ¡Dos años, maldita sea! Ese fue todo el tiempo que me tomó que Alex tuviera una ligera idea de que existo.
Recuerdo cómo si fuera hoy cuando llegó a la escuela por primera vez: tan sexy, tan exótico, tan diferente de los chicos de esta ciudad. Era la primera vez que me sentía realmente atraída por un chico.
No es que nunca hubiera tenido novio, ¡por favor! O sea: estamos hablando de mí. Obviamente podía tener al chico que quisiera. De hecho, con solo chasquear mis dedos tengo a cada idiota de este colegio haciendo piruetas a mi alrededor. Aburrido, lo sé. Pero es el precio que pago por ser yo. Ellos no pueden evitar caer rendidos a mis pies. No...
¿Qué? ¡Esto es lo que me faltaba! Como si no fuera suficiente que la idiota de Sky logró que Alex me sacara de su casa, que tenga no solo a Alex, sino también a Freddy como caballero de brillante armadura, como si, además, no bastara con que todo mi grupo de amigos (malditos perdedores) la hayan aceptado como una más… ahora tengo que aguantar ver a ese par entrar a la escuela tomados de las manos.
Lo sabía: sabía que esto de que Alex estuviera todo el tiempo tras de Sky otra vez, no era nada bueno. ¿Por qué rayos tengo que tener tan mala suerte? Odio a esa chica. Solo el hecho de que ella haya logrado destruir en tan poco tiempo lo que me costó tanto esfuerzo lograr, hace que me sienta enferma. ¡Dos años! ¡Dos años, maldita sea! Ese fue todo el tiempo que me tomó que Alex tuviera una ligera idea de que existo.
Recuerdo cómo si fuera hoy cuando llegó a la escuela por primera vez: tan sexy, tan exótico, tan diferente de los chicos de esta ciudad. Era la primera vez que me sentía realmente atraída por un chico.
No es que nunca hubiera tenido novio, ¡por favor! O sea: estamos hablando de mí. Obviamente podía tener al chico que quisiera. De hecho, con solo chasquear mis dedos tengo a cada idiota de este colegio haciendo piruetas a mi alrededor. Aburrido, lo sé. Pero es el precio que pago por ser yo. Ellos no pueden evitar caer rendidos a mis pies. No...