Náufrago del mundo
Había empacado lo que cabía en la desvencijada mochila, aquella que fue la fiel compañera de su hija mayor durante cuatro años seguidos en la escuela y contaba la historia de más de cinco remiendos gracias a la abuela. Metió par de camisas con mangas largas - tal vez hace frío en la travesía- había sugerido su mujer. Pero lo que más pesaba en el bulto de su espalda era el dibujo metido en el fondo (el que rezaba " te quiero Papi") que le había empacado la más pequeña de sus niñas aquella misma mañana y alimentaba al nudo que apretaba atrozmente sus entrañas.
Sabía que no había cómo ir atrás- esto no aguanta más- es lo que dice todo el mundo. Pero se iba con la incertidumbre de no saber cuándo o si volvería a ver algún día esos rostros que hoy son su todo. Y en la distancia el amor por los suyos habría de ser el faro que intermitentemente guiara su pie hacia adelante y lo desviara de un naufragio...ya no en el mar... sino en mundo, porque ahora comienza su andar a la deriva lejos de su país y de lo que es conocido... pero a veces lanzarse es la única salida cuando el barco en el que vamos esta apolillado -casi sosobrante- , tus hijos tienen hambre y adolecen de futuro.
© yisetclavel
Sabía que no había cómo ir atrás- esto no aguanta más- es lo que dice todo el mundo. Pero se iba con la incertidumbre de no saber cuándo o si volvería a ver algún día esos rostros que hoy son su todo. Y en la distancia el amor por los suyos habría de ser el faro que intermitentemente guiara su pie hacia adelante y lo desviara de un naufragio...ya no en el mar... sino en mundo, porque ahora comienza su andar a la deriva lejos de su país y de lo que es conocido... pero a veces lanzarse es la única salida cuando el barco en el que vamos esta apolillado -casi sosobrante- , tus hijos tienen hambre y adolecen de futuro.
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