Secuestro
Lo escucho nuevamente y mi corazón se acelera, el miedo crece con cada paso que le acerca a mí, con su risa horrible, con el roce de su piel. Hoy comenzará todo de nuevo y yo..., yo ya no puedo más. Así es que saco fuerzas para gritar y, de a poco, intento moverme hacia la ventana pero las ataduras de los pies me lo hacen difícil y voy directo al charco hediondo de vómitos, orines y heces que ha ido creciendo a mi alrededor. Cierro mis ojos, estoy...