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El tiempo a través del tiempo
Querida Esmeralda:

Me he enterado, al fin la guerra ha cesado su auge. Aunque mi deseo del futuro fuera interrumpido, y haya tenido que escapar; hoy veo con claridad como los rayos del sol traspasan su esplendor, se reflejan en el agua, y quedo atrapado.

Esmeralda, puedo decirte con toda seguridad y certeza que me he prendado a ellos; a este nuevo cielo, mientras observo con fascinación como su luz disipa esta tiniebla.

Voy al frente, el agua fluye, avanza en contra corriente. En la proa una brisa suave eleva mis sentir. En la inestabilidad de mis emociones mantengo mi promesa, y con fervor me ato a la euforia, la adrenalina que me deja la incertidumbre, aquel planteo de un renacer.

Voy al frente, avanzo, sé ya no hay vuelta atrás. Ahora en el barco está mi fuerte. Personas a quienes empecé a querer y las siento como si fueran mi nueva familia. Si estuvieras aquí, estoy seguro de que dirías lo mismo; son el recuerdo permanente de aquellas noches, de las cenas, en donde si bien, la seriedad de padre nos mantenía a raya de cualquier impertinencia que nos pudiéramos mandar, al final, nada podía con nosotros y siempre salían a flote las sonrías. Aquellas que solo uno puede dar cuando la felicidad los rodea. Esa felicidad que me da pie y fuerza para el comienzo de este nuevo rumbo, de este embarque que tomo una aventura que siempre mantendré viva.
Esmeralda, mi querida hermana, si bien el pasar del tiempo se me ha vuelto cada vez más efímero, aquella densidad que sentía al principio la he perdido. Juro y procuro arraigar en mí todos los recuerdos de aquello que me espera, los del pasado, los de este presente, y mi próximo futuro; plasmar absolutamente todo por escrito, darles voz y sentimientos a través de mis palabras, para así, llegar a algún día en el que los tenga tan vividos; tan pertenecientes, que se me haga incapaz de poder olvidarlos.

Rezo, y te pido, por favor, que tú también reces por mí, por lo que vendrá; para que pronto llegué ese día en el que se proclame la gloria, y por fin se celebre con gran alegría una nueva paz, la terminación definitiva de esta guerra.

Atte.: Juan Blends.
Con todo el cariño, y amor que te tengo por siempre.

Diciembre de 1938.

© Quilen_sb