"Las páginas de un corazón"
James era un escritor solitario que hallaba consuelo en la soledad de su pequeño apartamento, donde las paredes estaban adornadas con estanterías repletas de libros y hojas sueltas llenas de historias aún no contadas. Desde pequeño, había sentido una conexión especial con las palabras, cada una de ellas era un reflejo de sus emociones, sus miedos y sus sueños. Sin embargo, a pesar de su talento para crear relatos que tocaban el alma, James nunca había tenido el valor de mostrarse al mundo. La gente en su vecindario lo consideraba un tipo raro, alguien que prefería la compañía de los libros a la de los humanos.
Un día, mientras revisaba los comentarios en su blog literario, notó un mensaje que capturó su atención. Era de una joven llamada Neferet. “Tu relato sobre el amor perdido me llegó al corazón”, escribió. “Me encantaría conocerte en persona y hablar sobre tus historias”. Las palabras resonaron en él como un eco lejano que despertaba esperanzas olvidadas. Pero la alegría pronto se transformó en miedo. ¿Por qué querría alguien como ella conocerlo? ¿Y si al final no le gustaba lo que veía?
Días pasaron mientras James lidiaba con sus dudas. Finalmente, decidió aceptar la invitación. Se citó con Neferet en un acogedor café del centro, un lugar donde el aroma del café recién hecho se mezclaba con el murmullo alegre de las conversaciones. Cuando llegó el día, la ansiedad lo consumía; se preguntaba si podría ser suficiente para ella.
Al entrar al café, sus ojos se encontraron con los de Neferet. Ella tenía una sonrisa radiante que iluminaba su rostro y una...
Un día, mientras revisaba los comentarios en su blog literario, notó un mensaje que capturó su atención. Era de una joven llamada Neferet. “Tu relato sobre el amor perdido me llegó al corazón”, escribió. “Me encantaría conocerte en persona y hablar sobre tus historias”. Las palabras resonaron en él como un eco lejano que despertaba esperanzas olvidadas. Pero la alegría pronto se transformó en miedo. ¿Por qué querría alguien como ella conocerlo? ¿Y si al final no le gustaba lo que veía?
Días pasaron mientras James lidiaba con sus dudas. Finalmente, decidió aceptar la invitación. Se citó con Neferet en un acogedor café del centro, un lugar donde el aroma del café recién hecho se mezclaba con el murmullo alegre de las conversaciones. Cuando llegó el día, la ansiedad lo consumía; se preguntaba si podría ser suficiente para ella.
Al entrar al café, sus ojos se encontraron con los de Neferet. Ella tenía una sonrisa radiante que iluminaba su rostro y una...