...

7 views

La Informante
Ser su amante no era suficiente en esos días de luto. La casa estaba llena de tontas ratas busca pleitos que solo iban tras el dinero de Sergio Estevez. Ser el mafioso más importante de la costa oeste parecía ser la gran cosa, pero para mí, Sergio era mucho más que eso. Era mi amor, mi refugio en medio de la oscuridad. Su muerte dejaba un vacío insuperable en mi corazón, llevándose consigo los momentos de felicidad que compartimos.

Mientras me encontraba de pie frente a su ataúd, contemplando su rostro inmóvil, sentía que mi mundo se derrumbaba a mi alrededor. La pérdida era abrumadora y el dolor parecía insuperable. Pero también sabía que tenía que enfrentar la realidad de la situación en la que me encontraba.

Las sombras del pasado de Sergio lo habían alcanzado, y me había arrastrado a su trágico destino. Miré su rostro y me pregunté cómo había llegado hasta aquí, cómo había permitido que nuestro amor se convirtiera en una historia de secretos y peligros. Sabía que debía tomar decisiones difíciles para no seguir su camino, para no terminar como él.

El miedo me abrazaba mientras consideraba mis opciones. Había quienes pensaban que yo tenía información valiosa, que podía ser un testigo incómodo. Pero también sabía que si tomaba ese camino, estaría condenada a vivir en la oscuridad, siempre mirando por encima de mi hombro, temiendo por mi vida.

Podía sentir el peso de la responsabilidad sobre mis hombros mientras miraba el rostro pálido de Sergio. Había amado a este hombre con todo mi corazón, pero ahora su muerte me dejaba con una elección imposible: enfrentar la justicia y el peligro, o desaparecer en las sombras y dejar atrás todo lo que habíamos compartido.

Mis lágrimas caían sobre su ataúd mientras tomaba una decisión. No podía seguir el mismo camino que él había tomado, no podía ser arrastrada por la espiral de violencia y traición que lo había consumido. Tenía que encontrar una manera de redimir su memoria y proteger mi propia vida.

Con un último adiós silencioso, me alejé del ataúd, determinada a tomar el control de mi destino. Sabía que el camino no sería fácil y que enfrentaría desafíos inimaginables, pero tenía que hacerlo por mí misma y por el amor que una vez compartimos. Mientras caminaba lejos de su tumba, sentí que una parte de mí quedaba atrás, pero también sabía que era el único camino que me llevaría a la luz en medio de la oscuridad que nos había consumido.

Recibí una llamada telefónica de un número desconocido cuando aún estaba sumida en mis pensamientos mientras me alejaba poco a poco del ataúd de Sergio. Dudé por un momento, pero finalmente contesté.

"¿Hola?", dije con un tono nervioso.

"¿Eres Cassandra Lynn?" Una voz firme y segura resonó al otro lado de la línea.

"¿Quién habla?"

"Soy Cedrick Shawn, detective de la DEA", respondió la voz, haciendo que mi corazón latiera más rápido. "Sé que Sergio Estevez ya está muerto, asesinado por 'El dientes de León', quien ahora controla el cartel de los Leones desde Sinaloa hasta Los Angeles."

Mis manos temblaron al escuchar esas palabras. ¿Cómo sabe este detective sobre la verdad detrás de la muerte de Sergio?

"¿Quién te dijo eso?", pregunté, mi voz apenas un susurro.

"No importa quién me lo haya dicho. Lo que importa es que tienes información muy valiosa, Cassandra. Sabemos que estabas cerca de Sergio todo el tiempo, y ahora tienes la oportunidad de hacer lo correcto."

La tensión en la conversación se podía tocar. Sabía que tenía que ser cautelosa en mis respuestas. "No sé de qué estás hablando, detective."

Hubo una pausa cortante antes de que Cedrick continuara con su despota petición que pondría en el filo a mi vida. "No juegues conmigo, Cassandra. Tenemos pruebas y testigos que te vinculan con actividades ilegales. Si no cooperas, si no te conviertes en informante de la DEA y nos ayudas a derrocar a 'El dientes de León', te aseguro que enfrentarás consecuencias graves. Prisión federal por narcotráfico y complicidad no suena muy atractivo, ¿verdad?"

Mis manos temblaban aún más, y mi mente corría a toda velocidad. Sabía que estaba atrapada en una encrucijada, que las palabras de Cedrick no eran meras amenazas vacías. Pero también sabía que convertirme en informante de la DEA no sería nada menos que peligroso.

"Lo siento, detective, pero no puedo simplemente acceder a su demanda. Estoy en medio de una situación complicada ahora mismo, y no sé si puedo confiar en ustedes", respondí, tratando de mantener la calma.

Cedrick soltó un suspiro exasperado. "No tienes muchas opciones, Cassandra. Tu vida está en juego aquí. Tienes un plazo para decidir si vas a hacer lo correcto. Te estaré observando. Decide rápido y con cabeza fría, tu libertad está en juego."

"Y mi vida también."

La llamada terminó abruptamente, dejándome con una mezcla de miedo y desesperación. Sabía que no podía tomar una decisión apresurada, que mis acciones tendrían repercusiones profundas. Mientras miraba de nuevo el ataúd de Sergio, me di cuenta de que mi futuro estaba enredado en el oscuro legado que dejó atrás, y que tomaría más que coraje para encontrar una salida de esta penumbra de mafia que me ha perseguido toda la vida, por amor.

✨✨✨✨📝✨✨✨✨
© 2023 Alice InWonderland